Revista de Artes y Ciencias El Águila, el Re Vuelo.
En junio 23 de 1998 a las 2 am comenzó a circular en la ciudad de Córdoba la Revista de Artes y Ciencias El Águila y su «Opinión Trascendente de las Grandes Montañas», algo que en definitiva cumplió a tal nivel que tuvo que operar el aparato de gobierno municipal para censurarla, detenerla y hacerla parar en sus trabajos que generaban tejido social a través de la cultura.
49 números trisemanales más la edición de «El aguilucho» con tiraje semanal y dirigido a jóvenes propiciaron un movimiento de artes único que generó que más allá de la publicación surgiera una explosión de talentos y diálogos de creadores consolidados y emergentes con un sin número de exposiciones de pintura, fotografía, VIP, literatura, música, danza y festivales que fusionaban de todo.
¿Por qué cerró El Águila?
Cuando el vuelo de la revista estaba al máximo la fama de organizador de eventos masivos por la cultura que tenía en ese momento generó que el presbítero Xavier Rodríguez, Vicario Episcopal de Zona, me solicitara organizar la misa del nuncio apostólico Justo Mullor en el atrio de la parroquia de la Inmaculada Concepción en el centro de Córdoba.
Accedí a organizar la misa del Nuncio con algunas condiciones: colocar un anuncio de la revista en el atrio frente al Nuncio, que la base organizativa de voluntarios para el evento fuera compuesta por Catecúmenos*, -que son una base social muy respetable y que mantiene ciertas prácticas ortodoxas del catolicismo y se compone por personas que se preparan para recibir los Sacramentos, es decir, son personas que quieren formar parte de la Iglesia Universal Romana- y estar en la reunión a puerta cerrada del Nuncio con el Cabildo cordobés en la cual se entregó la Llave de la Ciudad.
El Vicario Episcopal de Zona accedió a mis peticiones y me solicitó además generar las invitaciones para el cuerpo edilicio de Córdoba, las cuales imprimí yo mismo con mi computadora en mi impresora personal en mi casa porque ese tipo de documentos especiales no pueden circular por donde sea o estar en manos de quiien sea.
Todo transcurrió como se planeó pero cuando la reunión privada con el Cabildo se efectuaba una funcionaria pública del ayuntamiento sin invitación apareció en una puerta y accedió al acontecimiento.
«El Águila» publicó la crónica más exacta de ese acontecimiento católico que preparaba el camino a la creación de la Diócesis de Córdoba; en ese trabajo narrativo se incluyó la aparición de la funcionaria bajo un subtítulo que decía: «De invitados y colados», ello generó la ira de la persona que efectivamente se metió sin invitación y declaró la guerra sucia contra la publicación, llamó a los patrocinadores y presionó para nuestro cierre. Es decir, se usó una posición de poder para joder a una microempresa cultural, artística y científica que justo en área de ciencias hablaba de política en defensa de la república, la democracia y la paz verdadera, la que se basa en la justicia que han sido y siguen siendo mis ideales.
La opresión del aparato de gobierno se mantuvo día a día, mientras fueron financiadas otras publicaciones de temáticas similares con recursos públicos. Así pues, el movimiento cultural entró en una descompensación de intereses entre quienes querían quedar bien con el gobierno y los que eran leales a la libertad creativa y de expresión.
La confrontación desembocó en una reunión con el presidente municipal que había asistido, incluso, a actividades de «El Águila» , fue invitado especial en el homenaje a Rosa Galán que organizamos en la terraza del hotel Manzur. Con el alcalde escuchando y dialogando él sostuvo la acusación de que yo mentía sobre la NO invitación a la funcionaria. Él insistió en que sí había sido invitada y tuvo que saber en ese momento que quién había realizado esos documentos con su equipo y por encargo especial había sido yo y le aseguré que no imprimí ninguna para la funcionaria. Le pedí que llamara al padre Xavier y que él le aclarara su confusión.
El odio hizo su aparición y la persecución contra «El Águila» siguió hasta que un fin de semana decidí que no podíamos imprimir más, ese fin de semana la funcionaria renunció a su cargo, pero el daño ya estaba hecho.
Controversias interesantes.
Hoy, décadas después del maravilloso movimiento cultural encabezado por «El Águila» he encontrado a ex funcionarios públicos del PRI y el PAN gritando con la «Marea Rosa» las palabras de libertad, justicia, democracia. Me han saludado con entusiasmo y les he podido decir que yo siempre he estado en esa línea anti totalitaria y que fue su comportamiento contra la revista y las actividades culturales que realizaba que me llevaron justo a confrontarlos porque lo que es hoy les choca es porque en su interior les checa.
¿Qué viene?
Sigo teniendo latente mi amor por Córdoba y su región Grandes Montañas, hoy cuando veo el deterioro no solo de calles y edificios sino de la salud cultural y de pensamiento libre evoco la imagen de aquel joven de 25 años que fui y que solo quería mejorar la Villa que fundaron sus ancestros y que es hoy una ciudad perdida entre narrativas grotescas y bizarras de falsa magia pueblerina e historia tergiversada.
A lo largo del tiempo seguí avanzando con el espíritu del Águila en el pecho y desarrollé festivales culturales en distintas ciudades del país, hice los primeros tres festivales de jazz de Córdoba (2005, 2006, 2007), fundé 57 bibliotecas comunitarias mientras repartía 250 mil libros nuevos, 17 mil de los cuales se distribuyeron en todas las escuelas públicas de Córdoba desde jardín de niños a la UV, se adicionaron 2 mil libros más en donación a la USBI Grandes Montañas; impulso el café mexicano a través de campañas, encuentros nacionales, fundé la Academia de Artes y Ciencias del Café, hice el Coffee Fest México -con más de 850 mil asistentes que lo hicieron el más grande del planeta-, hice el día del barista que se festeja en todo el mundo el 1 de abril, concluí mi ciclo de festivales inter urbanos en Bellas Artes en CdMx, convertí mi pequeña cafetería, Rococó, en un corazón latente, vibrante y referente del aromático en la Condesa, que es el perímetro con más industrias culturales del país, donde se toman las decisiones más importantes de cinematografía de México , y abrí sus puertas a creadores de artes plásticas, literatura, jazz y ópera y llevé ese pequeño café de barrio al top ten mundial de cafeterías mientras editaba para las Romas y las Condesas las publicaciones «Condesa Town» y «Roma Town». Soy quinta generación de hombres dedicados al café por mi línea paterna y cuarta generación por línea materna. Así que mi compromiso con el grano no es nuevo, viene en mi ADN y me apasiona.
He decidido re lanzar «El Águila» ahora que no soy solo Manuel sino «El hijo del Rayo» y que busco que nuestro futuro sea el puerto de nueva esperanza en donde jóvenes creadores y talentosos idealistas podamos desarrollar nuestras Grandes Montañas.
Sé que toparé otra vez con gobiernos déspotas, anti democráticos; con totalitarios que odian la libertad de pensamiento y expresión, con mala práxis de competencia que es capaz hasta de financiar campañas sucias contra mi, mi trabajo y mi pensamiento pero no puedo darme por vencido en esta lucha por la grandeza de nuestra Hispanidad que en Córdoba se ve coronada con la magnificencia de edificios y Casas que desde 1618 llegamos aquí para mejorar nuestra patria.
Te invito a no ceder el terreno a los zafios, a los totalitarios ni a los mediocres. Observa las condiciones en que nos encontramos, pero quiero decirte que no estás solo, que cada pluma del legendario Águila no solo te servirá de escudo sino que te impulsará a llegar al Sol.
Acércate, haz contacto: elhijodelrayo@gmail.com
Retomamos el vuelo.
Manuel García Estrada.
