5 libros del Rayo para otoño. ¿Y la queso?

Debo confesar que casi no hablo de lo que escribo.

Escribo desde que era muy joven, adolescente tal vez. No tengo un tiempo o fecha precisos pero escribo desde entonces.

En 1991 todo el sentimentalismo de que si escribía sobre amor, pasiones o existencialismo terminaron cuando por fin alguien me publicó en la universidad donde estudiaba. El Tec de Monterrey. Tampoco tengo claro cuál es el primer artículo pero siempre he considerado que fue una entrevista la que me hizo sentirme capaz de ser leído aportando algo de interés.

La entrevista, primera que hice, fue a la pintora Martha Chapa. Seguí escribiendo en el «Imagen Tec», la revista del campus y meses más tarde una publicación universitaria nacional difundió un análisis mío. «Libertas», se llamaba el medio. Así que cuento oficialmente desde 1991 mi camino como escritor y periodista.

Durante esa década me dejé llevar por todo lo que se metía en mi cabeza, empecé a escribir sin parar. Todo en desorden y como apretado en las neuronas, quería decirle al mundo de todo, ya era un gran lector en la universidad así que me encantaba narrar historias, escribir ensayos, cuentos cortos, artículos de opinión pero aún no conseguía hallarme, de hecho, sigo sin meterme a un corral porque me gusta atreverme a escribir de todo aunque reconozco que no soy EL POETA, EL ENSAYISTA, EL NOVELISTA, etc; simplemente porque a la escritura le ha tocado lo mismo que a mi trabajo en cultura, comunicación o café. Le toca que sea yo, esta legión de individuos multitarea y multi interesado que no se conforma con un solo camino.

Viví en Canadá un tiempo, eso apaciguó mis ansias de escribir porque no tenía la tecnología ni las ganas de escribir, solo enviaba cartas. Conservo algunas que envié a mis padres, a mis abuelas.

En 1995 llegué a Córdoba, donde nací pero donde no crecí, en donde pasaba mis vacaciones y amaba estar ahí. Recuerdo que de muy pequeño escribía tareas desde esta ciudad para entregar en Ciudad de México o Toluca, lo hacía anteponiendo el «Tres veces Heroica Córdoba, Veracruz a los tantos días del mes de… » ya saben. Mis maestras pensarían que estaba medio malito de la mente.

Es importante comentar la presencia de Córdoba en mis sentimientos, racionalidad e imaginario porque es de donde me aferro al ser desarraigado.

De niño viví en Ciudad de México, Durango, otra vez Ciudad de México y Toluca. No tengo ninguna raíz natural para amar a Córdoba, yo quise construirla.

A mediados de los 90 el destino me llevó a Córdoba y por decisión dejé de hacer amistades con los ex a Tec de esa región al verlos tan vacíos y superfluos, opté por hacer de la cultura mi aldea, mi tribu. Eso fue lo que detonó mis letras.

Debo aclarar que tuve un momento cuando un pasquin me dio la posibilidad de escribir una columna diaria, se llamaba «El Sol Naciente» y la publicación era «El Veracruzano», nunca me pagaron nada y nunca recibí ni una tarjeta de Navidad de parte de ellos.

Cuando abiertamente me declaré escritor fue cuando me hice editor, cuando fundé «El Águila. Revista de Artes y Ciencias». Me llegaban muchos textos, muchos poemas, mucho de todo, yo escribía pero consideraba impropio usar mi medio para promover lo que yo pensaba y escribía pero a la falta de autores constantes empecé a publicarme con pseudónimos muy variados, eran nombres de hombres o mujeres, tenía que llenar las páginas.

A la gran mayoría de los textos les iba muy bien, ahora debo revisar los 49 números de «El Águila» para reconocer mis artículos. Mis poemas.

Mientras decidía qué publicar o no inundaba cuadernos con muchas poesías de verso libre, cuentitos, pensamientos en ensayos. Así seguí hasta el año 2002, antes de irme a vivir al puerto de Veracruz una temporada. En esos meses nunca escribí.

El periodo de los 90s al año 2002 se compone de demasiados escritos y esta primavera 2023 la editora Gabriela Ballesteros Díaz González realizó una estadía editorial para curar textos. Seleccionó bastantes, de esa revisión y discriminación temática formó 5 libros donde la poesía, la ficción, la reflexión, la política, la narrativa, el cuento corto y diálogos epistolares llevarán por título «Yo, inédito».

Hay dos libros más, un recetario de métodos artesanales de café, y el que llamo «El libro negro del Rococó Café» que se compone de anécdotas, técnicas, operación y manejo de la que ha logrado estar considerada como una de las 11 cafeterías dignas de ser peregrinadas en el mundo y tiene una segunda parte que narra cómo se hizo el festival de café más grande del mundo, el Coffee Fest México.

Para este otoño serán publicados los 7 libros. El único que publiqué en el año 2000 fue el «Pandemonium: Textos Libres y Herejías Selectas» del cual solo queda uno y quisiera re editarlo. Pero eso no será este año. Así como los textos de 2002 a 2005 que tienen que ver más con arte, estética y poesía. 2006 al 2012, cultura, amor, erotismo, cambio social y análisis de política radical. 2012 al 2019 porno narraciones, política, amor y existencialismo. 2020 a la fecha, el llamado a la consciencia expandida.

Durante este recorrido de letras sin publicar he entregado poemas a personas que me han llamado de distintas maneras, primero mis lectores y autores de la revista que me siguen llamando «El Águila», algunos otros amorosos me han llamado «El rey de los tulipanes» (los tulipanes holandeses me parecen la flor más bella del mundo), y mis seguidores digitales me llaman «Rayo» porque soy «El hijo del Rayo», el de la hazaña de propaganda política de 2018, de la cual ya no quiero acordarme.

Este otoño Y LA QUESO tendrá que aguantarme por primera vez fuera del clóset literario. con una colección de libros con nombre mamalón porque ya no soporto ser legión humilde y callada.

Así que nos vemos en otoño con «Yo, inédito».

Nota:

Postergué mucho tiempo publicar mis libros porque en casa me enseñaron a no presumir, alardear, me educaron para no anteponerme a los demás. Siempre fue ponerme en la fila detrás de todos, he ayudado a mucha gente para que sean artistas conocidos, con plataforma, he montado escenarios de todo tamaño para cantantes, jazzistas, escritores, políticos, campesinos, he cumplido con mi papel de gestor cultural desde 1987 y me gradué en 2019, sin embargo he decidido que cuando se publiquen los primeros 5 libros de «Yo, inédito» estos fungirán como carta de renuncia y dejaré de hablar en colectivo. Algo que también me enseñaron en casa como algo correcto y que disipó mi Yo. Hoy sé que el individuo es la fuerza más poderosa de la sociedad, no en teoría libertaria de propaganda, sino en la práctica.

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