Adiós a los progres

Se acabó, el show constante de lo estúpido se va porque ya nos hartamos no de la búsqueda de derechos sino de tantas pendejadas que sin ton ni son nos han querido meter a fuerza para que las agendas de EEUU las vivamos en México. El choro radical de derechos llevados a lo extremo y lo absurdo no deben continuar porque no se basan en la razón sino en la ideología de lo estúpido.

La banderita pedorra de que todos deben ser trans o que desde niños deben serlo es un ataque directo al libre desarrollo de la identidad de los niños y de los adolescentes, el meter a fuerza que si alguien quiere usar falda es porque grita que quiere ser trans es de lo más pendejo y alejado de la ciencia, de la psicología y del normal crecimiento de los individuos.

Los niños, las niñas, tienen el derecho a Ser sin encasillarlos o meterlos en formatos de adultos que por sus patéticas trayectorias de vida o sus construcciones mediocres de identidad que les sirve para victimizarse quieren transferir a los demás una «prevención» de que no les pase lo que a ellos. Solo debemos aclarar, la gran mayoría de estos sujetos con debilidades mentales y de autoestima han preferido culpar al mundo de sus vidas antes que hacerse responsables de ser mejores personas.

Estos, los progres, quieren que si un niño de 10 nalguea a una de 5 debe ser catalogado prácticamente como criminal que quiso violar y le fabrican a «la víctima» una etiqueta con la cual vivirá siempre porque intentaron abusar de ella y al chamaco lo colocarán como enfermo o pervertido sexual. Más bien deberíamos criminalizar a los malos padres, a los que sin responsabilidad se reproducen a diestra y siniestra y que olvidan a los niños y los dejan a merced de la internet o de los que genuinamente hacen actos de pedofilia o abuso.

Los progres no hablan de educar en respeto, de regresar la materia de civismo, quieren leyes y leyes, sanciones y sanciones, quitándole al ser humano la capacidad de ser mejores dejándolos solo como al perro de Pavlov, domesticado, condicionado. Por eso los progres mantienen su posición de división de vagones del metro de Cdmx, insisten en camiones solo para mujeres, son incapaces de construir una cultura de mutuo respeto, sexualidad plena y afectos reales, no les interesa porque eso no es negocio.

Las carteras de los progres se llenan con programas especiales para las etiquetas e identidades que fabrican, así hay empresas y gobiernos que manteniendo a las sociedades fragmentadas pueden operar, controlar, vender, cual pandemia: ellos inventan enfermedades, generan propaganda, venden los remedios, aterran a la gente y hasta la han encerrado. Así funciona para los feminismos decadentes y agresivos, las diversidades sexuales esquizofrénicas y las paranoias de victimización.

Los progres deben ser largados porque dividen, siembran odio, fragmentan a la sociedad, destruyen la comunidad y anteponen a la felicidad y su construcción una reivindicación de sus patéticas y miserables existencias llenas de resentimientos de toda clase.

Ser progre no los hace mejores, muestra su necesidad impresionante para ser reconocidos como personas que sin saber ni quiénes son ni de dónde vienen quieren que se les aplauda nada más por existir. Menuda cosa en un mundo que necesita productividad, respeto, comunicación y desarrollo pleno de los individuos.

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