Baja presión

Dormir y descansar repara las dendritas y creo que hasta multiplica las neuronas. No, eso no, pero sí ayuda a recobrar la conexión del cerebro con los dedos para que otra vez broten palabras de donde parecía que ya nada más se podía describir lo inmediato de ayer, hoy y mañana. 

¿Cuándo dejé de escribir? Cuando dejé de creer, pero no me refiero a dioses y demás pendejadas del mundo este que se resiste a largarse por el caño, hablo de creer en que es posible construir algo diferente de lo que existe a través del poder de la palabra escrita.

La palabra oral se pierde de tal modo que a menos que sea expresada de manera fuerte y determinante logra impactar al resto de la materia, la escrita permanece, la escrita condena. Es el permanente y latente llamado a la revolución de todo tipo, así es como se puede confrontar decentemente a otro porque cuando nada más se habla con la boca lo que viene como resultado final es el chismarajo de barrio. 

En general la gente está dejando de escribir a profundidad, parece que es la única de las artes que no se ha banalizado con la tecnología porque con aplicaciones actuales todos podemos ser pintores, fotógrafos, músicos pero no escritores porque no basta con hilvanar letras en palabras, hay que decir algo y en tiempos de desinformados lo que más hay es nada de contenido. 

Cuando descansas piensas mejor, desconozco si escribirás mejor pero seguramente tendrás más que decir que cuando solo eres un merolico de redes sociales, conferencias, marchas, etcétera.

Se regresa a escribir cuando te vuelven a dominar los creadores, en este momento debo reconocer que quienes me regresaron al redil son tres artistas que aprecio y admiro: Jaime Sánchez Nava (Córdoba), Xolotl Polo (Cuernavaca) y Daka (Diana Rodríguez, Toluca). No fueron los poetas y no fueron los arquitectos, fueron los que saben iluminar al mundo. 

¿Será acaso que desde el atardecer cordobés cuando se bajaba la cortina del siglo XX al morir Rodolfo Cruz Toledano, Rosa María Galán Callejas y Ernesto Lozano Rivero se abrió un profundo agujero donde gobernaba la nada?

Cerrando todos los duelos se abre el corazón a la esperanza teniendo como transición a los amigos entrañables que son la resistencia y la lucha por el todo. 

Baja la presión y el tormento de un mundo que finalmente comenzó a ser otro en medio de las tormentas de los que se resisten a largarse al infierno del pasado. 

Dejé de escribir para ese mundo muerto que aún apesta nuestra alborada, solo busco escribir para los que ya están aquí y que vienen del futuro adelantando mensajes y ciencias, a los que llamamos profetas y que abren los caminos para la redención de un pueblo único colmado de cero diferencias transpirando y respirando el verde suave de la recia patria atmósfera.

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