Cometa Marta

Por el manco del cerebro Acaba de sonar la alarma imaginaria; la oficina quedo atrás y las actividades se abren de forma promisoria. ¿Seré incondicional o ignorante ante las posibilidades que tengo para ocupar las próximas horas?


Limpiaremos pues el panorama:-Al nabo el hijo adolescente, total ya vendrá a confirmar cuando le llegue el correo de que el viaje a los rápidos del río se canceló y a indagar cuál es el plan b para el fin de semana.-Acortada se quedará la salida al baño de Sasha mi perra limitándose a husmear sólo las inmediaciones del jardín.-Los músculos no se extenderán ni contraerán porque esta tarde me resisto a sudar con el resto de los émulos de Hércules en el gym.-Cancelados también están los compañeritos de oficina para apurar martinis por l tráquea mientras el alcohol sube y me altera la coordinación motriz.-Excusado de posible caminata con la señora y el sol a nuestras espaldas al borde de la bahía.-Electrónicos conectados cargándose y yo desconectado de pantallas.


Así fue pues, que me di cuenta que de vez en cuando podía detener mi incondicionalidad a mi estilo de vida y eliminar mi ignorancia de las oportunidades que hay para impactar otras vidas que no están en mi órbita.


Entonces llamé a un grupo que ayuda a los inmigrantes y ofrecí ese tiempo.

Ese tiempo que no dedicaré en mí, mi familia o amigos o enemigos sino para usarlo como moneda de cambio y comprar trascendencia más allá de mi ámbito cotidiano.


Mi primera asignatura fue ayudar a una joven a preparar su declaración para pedir asilo político y no tener que regresar a una realidad que le podría fecha de caducidad a su vida, mucho, muchísimo antes de lo que le correspondería a manos del mismo familiar que la violó por lo menos una docena de veces.


6 páginas y 42 párrafos enumeran las vicisitudes y narran la infortunada vida de Marta sin h pero con alma, con una alma rota.


Y volví a mi órbita… donde me recibe un beso de mi señora y su afán al regalarme una cena calentita que preparó con pollo y aceitunas.
donde la plática tontiloca con mi adolescente me aligera el día, donde mi sombra se duplica al tener al chucho siguiéndome feliz por toda la casa.
donde me olvido de Marta, bueno, hasta donde leo un texto que me indica que a la misma hora la próxima semana tengo que ver a la joven para pulir y terminar su declaración.


Y luego me acuerdo de que tengo clase de alfarería ese día a esa hora y de que SOMOS egoístas, soy, y contesto el texto diciendo que ya tengo otro compromiso.

Sólo … Sólo dos objetos galácticos que coincidieron en medio del inmenso universo para pasar uno enfrente del otro atrayéndose momentáneamente, sin tener una colisión, pero destinados irremediablemente a seguir los cursos de sus orbitas alrededor de sus distintos soles.

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