¿Dónde están las universidades? Han muerto.

En medio del caos en el que la 4T intenta imponer su pensamiento único para edificar un partido de estado como lo fue el PRI pero en una versión contemporánea no hay faros de conocimiento discutiendo con seriedad lo que pasa, no hay coloquios nacionales, congresos o seminarios serios en donde se analice la pluralidad, la vida democrática y de la república; pareciera que a las universidades todo eso ya no le importa porque en realidad han muerto.

Mientras el país se cae a pedazos las universidades no saben qué hacer frente a la tecnología, sus títulos son meramente papelitos sin otro valor más que el titular a alguien en un área del saber pero que ya no representa garantía de conocimiento o habilidades para desarrollar un trabajo.

Volvemos al inicio de las universidades en donde solo áreas como medicina o el derecho requerían de seriedad impecable, fuera de ello están las matemáticas y la física que por obvias razones no son un tema relativo a las masas que pueden desquebrajar a la fotografía, mercadotecnia, sicología o programación computacional con vídeos de Youtube, cursos de coaching, capacitación o tutoriales ofertados por «institutos» o «centros educativos».

Las universidades no saben qué ni cómo darse valor porque sencillamente por décadas reclutaron a falsos maestros que básicamente debían tener posgrados y papers publicados sobre todo tipo de tema aunque en la vida real no fueran aplicables o solo sirvieran para leerse entre iguales sin motivar a la sociedad a mejorar.

Las universidades murieron cuando dejaron de crear élites al servicio de las naciones y se convirtieron en masificadores de títulos.

La encrucijada de México es peor con un pésimo gobierno y el desmoronamiento de las universidades.

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