¿El barrio de las mascotas felices?  

Hace unos días comenzó otro ataque contra perros de la Condesa, en una sola clínica se reportaron 19 fallecimientos caninos por causa de envenenamiento, y el miedo se apoderó del área, la delegación se hizo presente y la indignación crece día a día sin que haya resultados de la responsabilidad del hecho.

Es evidente que este tipo de acciones carece de toda justificación pero la pregunta que lanzo es ¿qué desató la furia de alguien o algunos? ¿Por qué se rebasaron el respeto y la tolerancia? ¿A quién se le ocurre realizar acciones tan sanguinarias al sentir malestar? Creo que sin mucha suposición la persona capaz de realizar el ataque es alguien enfermo que no tiene capacidad de socializar en este mundo.

Entiendo el enojo que causa que haya quienes lleven a pasear a sus perros y que aunque estos defequen en la calle no recojan su excremento pero eso no amerita la muerte de los perros, máximo cuando la responsabilidad es de sus dueños.

No entiendo que cuando se le pide alguien DE CUALQUIER MANERA que limpie lo que ensucia su mascota este reacciona como ofendido y enojado porque se le ha llamado al respeto y al orden y con miles de leperadas responda a la exhortación de sana convivencia.

Entiendo que hay campañas independientes que buscan la concientización de que se debe mantener la limpieza en los espacios públicos y en general en las calles ya sea colocando botellas de plástico con papel periódico o pegando cartelitos pero también entiendo que no hay absolutamente ninguna campaña educativa permanente de parte de la autoridad en la que se difundan los cambios a las leyes y normas y se llame al respeto para mejorar nuestra convivencia.

No entiendo por qué no hay una investigación seria respecto de los ataques a las mascotas en la Condesa y sobre todo ENTIENDO que llegó en muy buen momento la crisis del Parque México para que la atención volteará de las protestas contra SHOPultepec a la muerte de los canes.

Por cierto, la putrefacta propuesta del Corredor Chapultepec, que de cultural no tiene más que la cultura del shopping gringo muy chick y neoliberal, no habla absolutamente nada de mascotas ni minorías. Así las cosas en este barrio otrora de las mascotas felices que por azares del destino han sido sacrificadas y utilizadas para modificar el foco atencional de los vecinos.

oct 2015

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