El decreto es totalitarismo.

Si un sujeto en el poder es capaz de firmar un decreto para someter a sus gobernados estamos frente a un totalitario y déspota que, incapaz de dialogar ni llegar acuerdos, impone su visión de manera violenta y bárbara. Es un salvaje jefe de tribu, no un presidente.

Por más que quieran chillar los estúpidos e ignorantes obradoristas la realidad los madrea aún más. Incapaces de saber cómo funciona una república, un sistema democrático y justo, se lanzan a repetir sandeces de su líder autocrático y desquiciado más cercano a Stalin y Hitler que un perro a sus pulgas.

Me he topado con defensores de AMLO y sus actos maoístas despóticos que alegan que ellos sí leen, la pregunta es ¿Qué leen? Si ellos pretenden hacernos creer que leer a Marx o propaganda cubana equivale a lectura de calidad estaríamos frente a la posibilidad de que sin tardar recomienden MI LUCHA de Hitler y esto se pondría aún más aberrante. No creo que a las élites financieras les divierta que esto acabe en persecuciones y campos de concentración sin su consentimiento (las élites aprueban esto, pero para sus intereses como vimos en la supuesta pandemia de covid).

El decreto es la muestra más fehaciente de que un imbécil quiere imponer su ignorancia sobre la asamblea que no puede convencer ¿Por qué no puede convencer? ¿Carece de argumentos? ¿Carece de conocimientos? ¿Quiere ocultar algo? ¿Sabe que hay problemas?

El decreto es el sin sentido en la democracia. Si un presidente se siente víctima de las masas que le votaron estamos frente al campeón de lo idiota, no reconoce que pudo:

  • Haber preparado a la gente para entender proyectos
  • Haber compartido más ganancias de sus negocios turbios con más personas
  • Haber informado a la población de manera transparente sobre sus acciones
  • Haber dado la cara paso a paso de sus promesas de campaña confrontando todo con los hechos

OBRADOR quiso pasarse de madre y declarar sus proyectos sucios como de Seguridad Nacional, de verdad cree que estamos chupándonos el dedo y que todos somos ignorantes y estúpidos. Eso serán sus seguidores muertos de hambre y ansiosos de poder pero se le olvidó que México es más que una bola de lambiscones y perdedores con resentimiento social. Lo pagará en opinión pública y en las urnas. Ya falta menos para que se vaya al carajo.

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