El follaje
Cuando las sombras son la única posibilidad de luz los corazones se empañan con recuerdos de ansias futuras que no estarán nunca más entre todos los destinos.
¿De qué sirven los héroes del sur en medio de las montañas del este?
Susurro entre tulipanes de cabeza las palabras de los dioses del arcoiris y en medio de las nubes cirrus me hago el zonzo y me vuelvo loco entre los blancos mientras bailo sintiéndote llevar mi ritmo con esos tus ojos enormes que cual noche brillan endiabladamente como cosquillas en los codos cuando estabas hasta el alma dándome razones para nunca despertar del sueño de Dionisio.
Tú allá y acá, haciendo hermosos gemidos que parecen cantos del follaje entre los ríos.
Canto, muy despierto, sintiendo como desafío al ambiente con montañas puntiagudas esperando ser succionadas por candentes tridentes que acompañados de esa fuerza que me hace girar el cielo hacia la nuca y que se acompañan de esas ardientes fricciones de nubes que chocan contra las cumbres para que lo más mío pida con ardor la potencia que regala vid de ensueños y me sienta adolorido del alma tras las explosiones del sueño de los algoritmos construidos en cada paso.
Ese follaje, ese follaje,
eterno
respiro
verde
canto desnudo
salto
otra vez
al follaje
que vuelvo a respirar
eterno.