Iluminación final

I
Joseph alcanzó la cima de manera inesperada. El alba blanca y dorada lo hacen parecer que levita. Aún no escucha el conteo tras la muerte del carismático predecesor. Recuerda el empate y como su adversario le cedió el puesto. La dureza de su rostro representa todas sus acciones en la vida.

Joseph hoy viaja de regreso a casa, estuvo viendo asuntos del negocio que dirige y se sintió el más triste y desolado de los hombres.

Hoy en el avión caminó al baño y se desnudó frente al espejo, se vio viejo, acabado, lánguido, derrotado, débil. Al llegar a casa saludó a su ama de llaves y suplicando afecto le pidió dormir al lado de su cama.

II

Son las cinco de la mañana y Joseph ya tiene rato despierto, las primeras campanadas le agitan y repican en las neuronas. Se levanta entre las sombras mientras los lamentos y gritos de su viaje le provocan un intenso calambre en el corazón.

Suspira con fuerza, reconoce lucidamente que él representa el problema y solución mayor a los males de su palacio extendido; desciende descalzo por la fría escalera de mármol, entra a su despacho. Busca y encuentra justo cuando comienzan a sonar otra vez las campanas.

Se asoma a la enorme plaza, voltea al cielo buscando respuestas y sólo encuentra más dudas. Camina hacia el ombligo. Tercer llamado de las campanas, suda, recuerda cada paso precedente y justo en el último resonante sonido el explosivo silencio mancha de sangre al obelisco consiguiendo asustar a las palomas mientras el sol comienza a iluminar sus canas.

*Cuento corto realizado en actividad literaria con el maestro guatemalteco Bolívar Hernández, 27 de marzo, 2012. Rococó Café Espresso, la Condesa, México Ciudad Capital.

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