LA LEYENDA NEGRA

Por Diover Rivera Matos.

El historiador y sociólogo español Julián Sánchez García , (1877-1918) en su libro «La Leyenda Negra de España», realiza comparaciones que permiten su análisis diferente y lógico de datos aportados y difundidos sobre el inicio de la presencia de los españoles en América.

Según su obra publicada en 1914 La Leyenda Negra es una invención antiespañola, cuya razón se debe fundamentalmente a la rivalidad de otras metrópolis con España por las nuevas tierras y al anticatolicismo.

Desde esa visión se resalta una labor evangelizadora sin precedentes, que dejó su huella hispánica en planos religioso, cultural, artístico, arquitectónico, opuestos a otros afanes basados en conquista, aniquilación de los nativos y una colonización de sociedad sectaria, no universal.

Se reconoce esta huella de España, desde una influencia educativa-cultural, hasta el idioma, costumbres y tradiciones, fomentada en la creación de instituciones, la promulgación de Las Leyes de Indias como sistema jurídico de protección a los nativos con base auténtica, por la condición de súbditos con derechos aplicados a cualquier español.

Los artífices de La Leyenda Negra se sustentaron en el odio basado en los relatos imaginados que había escrito Bartolomé de Las Casas, fraile dominico, quien desde Santo Domingo llega a Cuba escribiendo malos tratos y liquidación de los indios apoyándose en cifras imposibles, que posteriormente fueron desmentidas por otros autores debido a su exageración y falta de crédito según relata la profesora María Elvira Roca Barea, escritora y ensayista española nacida en 1966, en su libro «Imperiofobia y leyenda negra».

Un exponente de difusión de La Leyenda Negra fue el militar del Sacroimperio nacido en Alemania Guillermo de Orange-Nassau (1533-1584), educado y casado en la religión católica, difuso en calvinismo, luterismo, conocido como El Silencioso, bisabuelo de un Rey Inglés y protagonista de las revueltas separatistas protestantes de Países Bajos contra la Monarquía Hispánica.

De estos sentimientos de envidia y avaricia que se suscitaron por hombres ansiosos de poder para expropiar bienes de la Iglesia Católica, apoderarse del extenso territorio de ultramar, surgen acciones deshonestas utilizando a piratas, «Los Mendigos del Mar», para bloquear puertos, ciudades, desabastecer, empujar a rebeliones y otras manipulaciones de nobles, de cuya sociedad nace en América Estados Unidos, que se encargaría de una brutal expansión imperialista en hispanoamérica imponiendo el luterismo.

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