Las lecturas de doña Virginia de Santa Lucía.

I

El anhelo.

Camina entre miles gritando vituperios y exigiendo venganza

No entiende al mundo

Solo sabe portar lanzas

Reparte propaganda en periódicos impresos

que parecen nuevos libros

Presos

De esa casa editorial dirigida por aquellos

Ajenos

Repite consignas, no piensa, grita

Quiere justicia, dice, pero solo contra los villanos que ella define

No hay malos más que los que le dijeron

Obedece, canta melodías pedorras del pueblo antiguo,

ese que no pasó de año en la clase de corrido

Llora cuando la cuestionan y la retan y habla del pasado

Repitiendo lo que dice el párroco del pueblo, de ese que ahora es el Gran Canoa

El que se llenó de merolicos para mentarle la madre a los ricos

¿Por qué son ricos?

¿Por qué no soy yo la rica?

¡Quítense perros porque quiero lo suyo

ser como ustedes y adueñarme de la narrativa para ser la buena!

¡Quiero ser eso que odio pero que cuando soy yo no es el mal sino el bien!

Unga, unga, corean sus compañeres, unga, unga por una nueva aristocracia de pelados y quien quita en unos años

Serán la nueva gente bien, la nueva gente acomodada, la nueva élite en esta nación tan madreada.

II

Oda a la mediocridad y a los libros chatarra.

Leo de todo, dice

Pasquines y autores de ideología

Propaganda

A veces me doy tiempo para lecturas de “la alta”

Caballeros de armaduras oxidadas que se convierten en San Francisco de Asís

Los cuatro o seis acuerdos para no trabajar mi interior sino ser robot, bueno, amable, cumplidor, sin ética pero con pactos simples que en una de esas cumplo a veces pero no siempre porque soy una simple humana y solo hago lo que está de moda.

Promuevo los absurdo, lo idiota, lo grotesco, lo que hace del español un dolor de huevos, uso palabras nuevas para sentirme buena, otra vez, sin entender nada, obligo al uso de vagones de machos, de hembras pero lleno las redes con intergéneros reivindicando su valor porque no somos nada más varones y viejas, bueno, en el metro sí, pero en mis redes sociales, no en el partido, no en el aula o en la organización, ahí me tienen que alabar como vanguardista pero en el camión, no, ahí si machitos con machitos, hembritas con hembritas y si se aparece una trans y es más alta… ¡que se largue del vagón el pinche puto!

Leo, leo, leo, llevo 38 libros nuevos, ilustrados, a color, vendidos en la librería esa mamona, donde están los libros de los Nóbel y los de los autores que apoyan a mi macho alfa.

Manuel García Estrada, el hijo del rayo

Un comentario en «Las lecturas de doña Virginia de Santa Lucía.»

  • el enero 8, 2022 a las 6:53 pm
    Enlace permanente

    Criticas lo que tanto apoyaste y tu soberbia no te permite disculparte por haber sido parte de esta tragedia que hoy gobierna, de los cuales, curiosamente te alejaste cuando te quitaron el hueso del hocico.
    Gordo resentido.

    Respuesta

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *