Layda, de huracán a tormenta tropical.

El bajo nivel intelectual y su ignorancia le generan la posibilidad de derrochar veneno. Es la versión femenina del peladito mexicano del que habla Samuel Ramos en El Perfil del Hombre y la Cultura en México: bravucona, machista, cizañosa, todo lo que le permita quedar bien con el amo al que defiende hasta lo más ruin del fanatismo.

La perorata estúpida de su programucho «Martes del Jaguar» no es mas que una mala copia de programitas baratos y pedorros de Tv Azteca en donde disfrazada de santera con pelos rojos y labios hinchados por el abuso de colágeno se cree la graciosa con un público al que se le dice qué hacer, qué reacción tener, pero sobre todo es un público para aplaudirle mientras su compañero de fórmula chabacana y mediocre Juan Herrera, un sujeto arrastrado y lambiscón lanzan loas a AMLO, son los solovinos por excelencia, los más arrastrados de los pejezombies que manipulan la información que brindan saturada de eventillos de corte municipal de municipios muy pequeños convertidos por la imagen en eventos estatales. Son una bazofia, una burla.

Layda es evidente que sabe jugar a la política al estilo de la PRIctadura clásica de nomenklatura, su padre, un achichincle de Luis Echeverría, en la secretaría de gobernación, pasó de mozo a chofer y siguió pasando la lengua por los pasillos del don señor de las corrupciones que idolatra AMLO, así, sin dignidad pero con ambición, sin educación ni academia, sin ilustración ni cultura, lo impusieron de gobernador clásico del PRI: caciquil.

Layda sabe que si se arrastra obtiene, no hay para ella ni democracia ni república, solo movimientos facciosos de grilla barata como la que hemos visto este 25 de octubre en donde con mensajes de whatsapp EVIDENTEMENTE ARMADOS -miles de jóvenes saben hacer eso- a los que se adicionan locuciones dramatizadas para manipular aún más buscan sembrar odio y división, saturando a los pejezombies de la nomenklatura de Sheinbaum con idioteces de chisme de quinto año de primaria.

Se nota que Layda quiere pasar a la historia, en su programilla nos mostró además un evento de la lucha en la que estuvo y que la quiere imponer como histórica pero en el mundo de los payasos los números de malabares solo hacen que haya aplauso entre los que buscan el entretenimiento pero que no someten a las grandes ideas a las transcripciones en los muros.

Layda, nos queda claro, es bravucona y aunque se envalentonó frente a Ricardo Monreal supo recular antes de que su adorado patrón del que «bebe sus palabras» -eso es hiper arrastrado e indigno de un ciudadano de alta política, obvio, no lo es-. Hay que decir que además no solo ella titubeo frente a AMLO sino que fue ANDRÉS MANUEL al que le dio pánico agitar a Monreal y a un movimiento que lo apoya lleno de clases medias por todos lados.

Parece que Ricardo Monreal les duele mucho pero parece que también le temen. Esto dejó a la Sheinbaum y su séquito cagados pa´dentro.

El 2024 se acerca y evidentemente la propaganda y las encuestas no son como se difunden. AMLO detuvo algo de lo que sabe que podría liquidar a MORENA, necesita a Monreal… pero ahora Monreal seguramente se cuestiona ¿Necesito a López Obrador y sus traiciones?

Por cierto, Layda necesita mucha atención, mucho reconocimiento, tiene baja autoestima, por eso bravuconea… nos saldría más barato darle terapia que tenerla de gobernadora.

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