Liberto.

¿En dónde reside el límite denominado correcto? No lo sé.

Ser, la única manera de entender al mundo y sentirte pleno es en el Ser, sin pensar en estupideces del condicionamiento cultural, religioso, político, social.

Te das cuenta de que ya eres libre cuando el Ser no está a debate, dejas de discutírtelo para aceptar finalmente cómo eres y decir «así soy», y ya.

Los conservadores odian a los que se entienden sin necesidad de ángulos ideológicos ni absurdas retóricas del Deber Ser.

El Ser en sí mismo puede ser catalogado como contradictorio por los esquemas condicionados, por eso el que ama libremente no se fija si es a través del sexo, la intelectualidad, las emociones, la danza, la poesía, el café. No hay algoritmo. No hay más que cero sufrimiento.

Para la gente común el Ser está deshumanizado porque ha dejado de estar preocupado por lo que a las masas «debe» de preocuparle, la libertad conlleva matar a la compasión por las estructuras absurdas configuradas por milenios por las mentes estrechas que buscan el poder y su posesión como obsesión. El Ser no busca el poder porque él mismo ya es una potencia. Traspasa por las construcciones del «poder» de los medianos y sigue su camino.

Meter, sacar, besar, chupar, lamer, escupir, tirar del pelo, cogerte con uno, dos, tres, orgías, el Ser Es y no se somete a lo que los demás esperan porque sabe que responden a sus lecciones del templo, el palacio o de los verdugos mentales que imponen ideas por querer sobresalir, es decir, porque desean aceptación y reconocimiento, son conciencias pequeñas, cortitas.

Cuestionar, dejar la aprensión, olvidar la pasión de la retórica de los demagogos y resentidos sociales, el Ser Es en política y sociedad saliendo del marco de lo aceptado por la masa mediocre e ignorante.

Bailar, fumar, nadar, desnudarse en el mar, la alberca, el sauna, drogarse, coger, besar a todos, a muchos, a pocos, no hay cuadratura más que opresión de la ropa y de la estúpida y falsa idea de la monogamia como superioridad de lo más pendejo. El Ser Es y vive latiendo con el universo al ritmo de la energía del planeta y las estrellas, los animales y los bosques.

La libertad solo es para los que traspasan los prejuicios y para los que han hecho valer su Ser.

No hay límites más que acuerdos de convivencia, la permanente búsqueda de romperlos es el oficio de los que rompiendo las cadenas de la esclavitud universal se convierten en ellos mismos. El Ser Es.

El esclavo muere en la grandeza de la batalla contra las bestias, se auto proclama liberto.

Manuel García Estrada, el hijo del rayo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *