Los parias en el fin del mundo.

A los hijos del rayo.

Ser marginal no es un tema de economía, es un tema cultural, educativo y social que no es relevante respecto de como el populacho conoce a este tipo de personajes que para evitar confusiones no son aquellos retratados en «los olvidados» sino en «los queremos olvidar» porque el son personas que al pensar y actuar distinto a la manada son excluidos o impedidos en su ascenso y desarrollo porque todo el tiempo denuncian y exhiben a lo timorato, estúpido, vacío y mediocre.

Estos marginados de la sociedad de los mediocres son los llamados conflictivos, los que desafían y no se comportan como esperan de ellos, programados a medida del poder despótico que busca imponer una sola visión del mundo.

Ese marginal sabe serlo, mantiene la luz y el pulso de la humanidad en constante desorden mental para poder equilibrar al odio que se mete entre las neuronas seduciendo a las más bajas emociones para dar control a los que no quieren que haya iluminación de esa que libera a través de la creatividad.

Ser marginal es un acto de profundo amor por la humanidad y por uno mismo, es seguir el camino que solo busca y busca más y más formas de amar y liberar consciencias, revolotea por miles de millones de estrellas y brota en las vidas que se dan cuenta de que están vivas. Ese flujo interno conectado al Ser es lo que genera las miles de millones de posibilidades de suspirar y entusiasmarte por todo. Es la fuerza de poder viajar a través de los filamentos de una flor o de las conexiones que conectan al sol, al agua, en la fotosíntesis. El marginal se sabe a la orden del caos, de ese que solo prevalece a través de la justicia y el deseo de que los demás sean capaces de saltar en pos de libertades revolucionarias que desamarran la energía que el tirano desea contener.

Hoy, cuando los autoritarios se lamen los bigotes queriendo quedarse con todo por nada, porque para nada es el poder y la riqueza en este sistema pasajero que rebota de civilización en civilización por las estrellas, no podrán contener a los marginales que se manejan en el camino como parte de él. De hecho nunca han podido y por más que el mazo opresor busca mantener a las manadas controladas estas siempre salen a volar en los campos de las ideas.

Los parias en el fin del mundo jamás existen porque hay miles de millones de mundos y miles de millones de caminos unidos entre sí en una perpetua sinfonía de desorden que habilita a todos a ser parte del arte de la electricidad y las nubes llenas de polvo.

No hay nada más importante que el desarrollo del camino, a veces se oscurece pero necesita más de la luz para tener sentido, es la materia oscura que sin brillo, son energía de las estrellas puede ser admirado. No hay oscuridad sin luz y esa es la fuerza del universo.

Los marginales saben de su capacidad de alteración del cosmos, y aunque los más oscuros le llaman fuente al camino no logran manejar esa fuerza y acaban temiendo a esos que marginan y que buscan oprimir y reprimir permanentemente.

Para el oscuro el afán es el poder y la riqueza pero para el marginal su vida es el poder de lo que late siempre y la riqueza es la belleza de todo lo que existe, por eso no hay manera de someter al rebelde. Está conscientemente conectado en esta gran matriz espiral que no se detiene. Nunca.

Que 2023 te ilumine el camino. Que te traiga comprensión y trabajo en equipo con aquellos que abren caminos y contienen al que no sabe ni lo que quiere.

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