Que Viva México: ¿Una película financiada por la 4T?

Gabriel Retes se preguntaba en los 90 a través de «Bienvenido Wellcome» si el cine era el reflejo de la sociedad o si la sociedad era el reflejo del cine.

QUE VIVA MÉXICO nos plantea la pregunta de Retes. Más que una película propagandeada como de crítica a la 4T más bien la apoya porque nunca cuestiona ni analiza lo que pasa en el país. Nos muestra la mierda de espíritu de la mexicanada desde la némesis de la familia de Coco. Nos deja en claro que la gente ignorante, pobre y huevona solo repite lo que dice AMLO y nadie los enfrenta ni confronta. Hay una apatía y sometimiento incuestionado sobre lo que pasa.

La película está llena de clichés, muestra a muchas familias mexicanas y a muchos sujetos que cuando se topan con alguien al que le va bien en lugar de hacer equipo con él intentan desplumarlo por placeres momentáneos, no por proyectos de crecimiento y desarrollo a futuro.

Aburrida, sórdida, mostrando personajes retrasados mentales más que ingenuos, la película corre entre el aburrimiento y la estupidez, de hecho hay tanto abuso y tanta culerada en guion y dirección -que hace odiar a los personajes con justa razón- que no es recomendable verla en una sola sentada, hay que partir la película para tener el hígado para esta madriza de los que millones son en México y nos los topamos de distintas maneras en la vida cotidiana.

¿Por qué pudo haber sido financiada por la 4T? Porque la película muestra y motiva a la resignación, a aceptar la jodidez del país como es y ya. No parece que deja Luis Estrada la tarea de juzgar al país, los hace natural. Así es, y te aguantas pareciera que dice.

Que Viva México es de hueva y de caricatura, poco faltó para que Speedy González saliera por ahí riéndose de los mexicanos. No inspira a la mejoría ni al carácter de lucha contra la mierda que vivimos. Apoya lo que pasa porque nunca lo cuestiona.

La familia Reyes es una familia peor de mierda que la de los Gallagher de «Shameless». La película lastima y promueve la miseria de millones de seres humanos que desde la huevonería, el machismo y el conformismo nos recuerdan a la serie gris y mediocrática de «Aquí nos tocó vivir» de Cristina Pacheco. Lamentable.

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