Turismo en Córdoba: sigue siendo 1950

Sin políticas culturales, turísticas, artísticas, de protección civil, deportivas, los gobiernos de Córdoba siguen instalados desde hace muchos años -pri, pan y ahora morena- en la estupidez del subdesarrollo colmado de happenings. No buscan desarrollar al municipio sino simplemente hacer creer que hacen algo. Coludidos con algunos supuestos empresarios los funcionarios avientan en eventos con la prensa supuestas iniciativas para mejorar la economía.

La mediocridad abundante entre las administraciones municipales y sus cuates del momento dicen barbaridades, les daré cuatro ejemplos:

Rutas del café sin capacitar, diseñar, publicitar, organizar, generar cadenas de valor, sin protección civil, usando a la gente pero no invirtiendo en ella, haciendo creer que un paseo es trascendental.

Festivales culturales, artísticos y eventos deportivos que buscan que los propios participantes en los escenarios sean los turistas, es decir, no se atrae público, quieren que los suben a bailar o cantar sean los que llenen los hoteles, son re mediocres pero listillos, ponen a trabajar a gestores para que ellos llenen los hoteles con sus artistas o foristas o talleristas y si no lo hacen dicen que el evento fracasó. No entienden que atracción de turismo es generación de públicos y que todos deben formar parte de la estrategia. Buscan que otros trabajen para ellos y si los llegan a financiar lo hacen de manera ligera.

Usan el emblema del café que no entienden cómo conectar marca ciudad porque no entienden de qué se trata y para colmo ni siquiera saben beber café, no distinguen sus sabores, no saben de sus preparaciones, de las tendencias, de los mercados de bebedores del aromático y siguen manifestando que solo los campesinos son los que forman parte medular de la cadena de valor. No saben cómo conectar la cultura alrededor del grano y siguen creyendo que decir que somos una ciudad de tradición cafetalera lo es todo.

Laguna del Porvenir, un espacio natural que está abandonado en todo tipo de políticas reales, es decir, no hay programas a mediano o largo plazo sino ocurrencias -.happenings-, nomás hay que darse una vuelta para ver el embarcadero y «las obras» para mejorar el lugar -dignas de diseño arquitectónico urbanístico de INFONAVIT- Sin salvavidas, sin ambulancia ni un centro de apoyo ante cualquier emergencia, está «a la buena de dios» y si algo pasa la autoridad culparía a los lugareños y a los visitantes, no hay desarrollo de economía vecinal sino a lo que caiga con accesos deplorables sin señalética amigable, estacionamiento instalado al «como dios les dio a entender».

Esa mediocridad sobre turismo tiene tres ejemplos de cómo es pura simulación sin amor ni dignidad por la ciudad:

Hoteles con cantinas y bares a los lados, enfrente con calles insalubres y sin planeación ni movilidad dignas ni con iluminación decente. ¿Qué tipo de turista quieren? ¿El que aguante música a todo volumen hasta el amanecer? La cultura de la chelería pueblerina no es atractiva.

La catedral convertida en estacionamiento, quitando toda la estética y respeto por el atrio, lo que era una plaza bellísima y amplia está convertida en la utopía de los franeleros. Ya imaginemos lo que pensarían los poblanos o chilangos si les llenaran de coches sus plazas o atrios.

Sistema de transporte público y taxis deplorables que no ayudan al turista, de hecho hay un profundo olvido al reglamento de tránsito, los camiones son feos, siguen arrojando humo, avenidas como la 2 siguen oliendo a tercer mundo, no hay revisión de vehículos de taxi, ni siquiera en su higiene son checados. Tampoco hay orden de tarifas y hay mucho abusivo, si un mal comentario o una mala recomendación se hace de una ciudad cuando la visitas es de este servicio que llega a matar el buen servicio de restoranes o de hoteles.

En Córdoba molesta el conformismo codicioso de algunos que solo quieren unos negocitos para hacer con pacto con autoridades pero no hay de verdad un plan de gestión urbana con impacto económico basado en lo más importante: programas de trabajo permanentes, es decir, políticas públicas que abonen a las iniciativas empresariales y que las conecten entre ellas, el municipio y en particular la ciudad serían capaces no de mover cientos de miles de pesos sino millones pero para eso hay que ser valiente, audaz y sobre todo ilustrado pero mientras los «planes» y «proyectos» se basen en ideas de gente inculta e ignorante no trascenderán.

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