Vencimos al miedo.

Originalmente se publicó en 2018, a dos años del triunfo del nuevo gobierno decidimos subirlo de nuevo a la Red:

El 1 de julio el pueblo de México superó un miedo, echó por la borda una cultura de anti cambio que se construyó desde la religión católica –y cristiana en general- y la política que usando a los medios de propaganda masiva instalaron un chip mental de “más vale viejo por conocido que nuevo por conocer”.


Largar al miedo es la proeza más grande ya que es justamente el miedo lo que hace que cualquier persona o sociedad se paralice. Hoy ya no somos el pueblo sometido, somos la nación de los libres.Al triunfo popular el ardor del enemigo se hizo evidente con toda su carga de odio y necedad que evidentemente viene de mentes mediocres, bajas, ruines, sucias, corruptas, sociópatas y gandules; pude leer en redes sociales todo el estupor que los enemigos de México escribían irracionalmente porque ellos incluso apoyaban el fraude para mantenerse en status quo gris y mediano del que se oxigenan.  Pero ya no les tomé importancia porque sencillamente estoy muy ocupado construyendo proyectos e ideas para aportar algo en los temas que me apasionan: café, cultura, educación, artes, calidad, comunicación, gestión de barrios.


Lo que viene son nuestros tiempos, y habrá que defender con toda la fuerza a la esperanza y al sembradío de nuevas ideas, ya no se vale la mediocridad y si la detectamos debemos ANIQUILARLA porque es la madre de la justificación de la corrupción, del ahí se va, de la idiotez de “el ingenio del mexicano”, del amiguismo, influyentismo y de la juniorcracia. Debemos matar a la mediocridad de las mentes de los estúpidos y codiciosos.


Nosotros, los fundadores de la IV República, debemos pensar que nuestro papel no es más que el de una pieza del gran engranaje del futuro poderoso de México, así que debemos ser los más serviciales al pueblo mismo. Eso no significa que debamos consentir el abuso y la violencia cultural de los que se han victimizado por décadas, acá no se vale tener lástima ni buscarla.


El México que nace ya no puede permitir que se dé limosna en las calles en esa falsa caridad cristiana que le da poder a los hipócritas, tampoco puede permitir la limosna institucionalizada en programas sociales que regalan impuestos a los que por única gracia tienen la de juntar pene con vagina para reproducirse y después levantar la mano esperando de comer. Acá todos debemos trabajar por generar riqueza. Las huestes de la dictadura seguirán existiendo si en vez de justicia se les procura holgazanería.


La nueva nación solo sobrevivirá con productividad, creatividad y esperanza hecha justicia, libertad y paz.


Lo que viene son los tiempos de los creadores, de los innovadores, de los audaces, de los visionarios que son, al final, los grandes hacedores de los cambios y los que no le permitirán al nuevo gobierno imponer o sostener modelos del siglo XX que tanto daño nos han hecho.


Sigamos pensando y soñando, confeccionemos grandes ideas y exijamos al gobierno que viene que deje atrás la soberbia del régimen que no trabajaba por nosotros… ese que “nos hacía el favor” de darnos lo que es nuestro.


Nunca más poder a los mediocres, nunca más el aplauso a los timoratos ni a los corruptos, juntos hagamos una nueva historia llena de mentes brillantes y manos determinadas al trabajo.Merecemos ser lo que nuestros sueños se propongan porque el cambio verdadero sigue estando en nuestras manos.
Sigamos siendo valientes hasta siempre para que nunca más venga alguien a someternos y enjaularnos las neuronas.


Disfrutemos el triunfo y desafiemos al futuro con acciones porque vencimos al miedo, ahora ¿Quién detendrá nuestros sueños?

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