Veracruz, rezagado en Radio

El presente artículo es del año 2006. Esta retrospectiva muestra no solo una época sino los vicios vigentes en la radio de Veracruz, que por cierto, es más aberrante y más pobre en su oferta.

Los veracruzanos venimos padeciendo a varios concesionarios de radiodifusión que no sólo permanecen oprimiendo al pueblo-radioescucha con programas vagos, vacíos y del tipo rockola, aún no quieren que la radio sea interactiva, que posea mesas políticas, noticieros verdaderamente honestos, el dinero se impone.


Un trascendido de primera mano que ocurrió entre un radiodifusor y Fidel Herrera sucedió en Fortín de las flores, en donde al gobernador le gustaba ser entrevistado por una locutora, eso causó la ira de Félix Malpica, la envidia le inundó para variar. Después el llamado Felillo hizo que Fidel fuera entrevistado por él, es decir, lo sometió.

¿Qué tanto miedo le tiene Fidel Herrera a los medios? Parece que sí.


Si analizamos estaciones de radio del estado hallamos que los Manterota al norte, los Malpica en el centro y la buena de dios en el sur no permiten el desarrollo de la radio, abundan los locutores que no son lectores, sin personalidad ni vocabulario. Algunos no manejan más de 30 palabras al día en cuatro horas de transmisión, si no es creíble hay que recordar que la mayoría presenta “buenas rolas” del “señor Luis Miguel”, que mandan a anuncios a través de “una pausa comercial” y que seguirán “programando buena música” que generalmente es payolera y que no deja de proponer a los mismos artistas siempre.

Los más de los locutores apenas si lee los periódicos locales, desconoce a profundidad lo que pasa en el país y en mundo y su coeficiente apenas si rebasa un poco a Homero Simpson. Eso sí, creen que por estar al aire todos los días son autoridades que además son capaces malutilizar el micrófono para criticar lo que según ellos debe estar equivocado.


Que falta nos hacen aquellos exámenes para recibir la licencia de locutor, ahora nada más basta con que se presente una carta a la Secretaría para ser locutor, aunque muchos locutores ni licencia tienen.

Otro factor que retrasa a la radio es que los concesionarios no han creado estructuras de producción radiofónica, mucho menos guionismo. Así pues los programas en su gran mayoría tienen a un locutor que programa música, produce lee revistuchas a modo de guión y para colmo debe comercializar al medio.


Las estaciones de radio de Veracruz no han logrado profesionalizarse porque los concesionarios sólo piensan en un público que debe ser borrego y que debe aguantar patéticos spots de radio, música chafa y seudo locutores.


Cuando alguien con talento o egresado de comunicación llega a proponer un nuevo programa los requisitos para tenerlo son los mismos para todos: conseguir patrocinadores, trabajar gratis y hacer lo que le diga el concesionario o gerente.


Los gerentes de radio son de pésima calidad en su mayoría, no generan riesgos a favor de la comercialización, se conforman con ser encargados de las estaciones que para colmo deben padecer una estructura organizacional basada en fósiles que son los contadores, jefes de noticias o “directores artísticos”, estos últimos son los que reciben payola de las casas disqueras para programar a los mismos artistas todo el tiempo.


El panorama de la radio es patético para Veracruz, el Distrito Federal, la entidad que va a la vanguardia en el desarrollo de medios, nos lleva al menos una década de ventaja, sus estaciones ya están desplazando los espacios musicales por los de opinión, información y análisis, la interactividad se da a través de e-mails, fax, teléfono y teléfono celular; en el ramo musical hay variedad musical de primera y se convoca al auditorio a pensar sobre temas que van más allá de la boda de Paulina Rubio en Xcaret.


El peligro del rezago radiofónico veracruzano es que permanezca impulsando una cultura de sometimiento a lo que siempre ha habido: malos políticos, concesionarios que quieren hacerse pasar por miembros del jet-set y que consiguen bastante de sus “compras” a través de intercambios comerciales, locutores deficientes y mercadotecnia del siglo pasado. ¿Quién será el primer concesionario pionero del nuevo Veracruz? Por ahora no se distingue ninguna letra de su nombre.

Veracruz y su radio inútil.

Si en lo general las deficiencias de la radio son evidentes para una sociedad que trata de ser democrática en la estructura intermedia logramos ver lo peor de los concesionarios y de los empleados de nivel más bajo.


Uno de los peores programas de la radio es Cancha caliente que imita a programas de deportes de cadenas nacionales y que habla prácticamente de fútbol, peor aún, casi sólo habla del equipo “tiburones” reduciendo la visión deportiva del auditorio a la gloria de la comercialización que ahueca la cultura de la salud de los mexicanos. Pero de eso no hablo porque ya bastante ha aclarado Ana Guevara. El programa tiene un locutor-propietario que con mala dicción, escueto lenguaje y capacidad intelectual ampliamente pequeña y evidente ya dio todo lo que su fórmula pudo dar, es decir, ya más dinero no puede producir y es que su auditorio es verdaderamente un nicho incapaz de desarrollarse.

Noticieros radiofónicos son otro interesante fenómeno, los acuerdos con ayuntamientos o el gobierno del estado atacan a la base de la república. En ella, en ese sistema, los medios tienen la obligación de observar, analizar y criticar las acciones de gobierno, éste, debe de poseer una oficina de comunicación con la que difundirá sus logros pero cuando los medios aplauden a las autoridades se convierten automáticamente en anti republicanos y atentan contra la democracia.


La ignorancia de funcionarios los lleva a la cornejesca visión de que “también hay que hablar de lo bueno” y sí, lo reitero, pero en la república simulada eso tiene cabida, en la que merecemos hay que criticarlos y cuestionarlos sino ¿en dónde queda la voz de los ciudadanos?


El toper y Juan Santiago, locutores lúdicos, están convencidos o al menos sus trabajos radiofónicos lo demuestran, de que la seudo comunicación de otros pésimos conductores son modelos a seguir como Adal Ramones (que se cree pilar de la televisión mexicana) y que no ha hecho más que banalizar a los presidentes de México, que ha incitado a la gente a no pensar y a hacer de la mente un espacio vacío, quizás así es más fácil llenarse los bolsillos. Ese modelo admirado por locutores ignorantes como los referidos es reproducido en el estado con singular alegría, de ese embrutecimiento deseamos salir y el rechazo actual a sujetos como Chespirito lo comprueba.

Uno de los actores que más ha hecho daño a Veracruz es Félix Malpica, sujeto que manipula sus concesiones agrediendo a empleados, amedrentando, amenazando, presionando, él cree que su efímero poder es suficiente para someter a un público a los gobiernos que pagan los espacios en sus medios, ello Félix lo pagará a través de la historia de la radio de Veracruz en donde ocupará un sitio oscuro, ruin que aumentó el subdesarrollo intelectual y cultural de los veracruzanos. Félix tendrá dinero, creerá que tiene poder, pero jamás tendrá el respeto de quienes

en el área de comunicación y periodismo sabemos que México merece mejores medios y mejor prensa, capaz de hacer valer la voz de la gente.

Ah, y que no lo olvide, no es dueño de las estaciones, el gobierno le ha otorgado concesiones que son propiedad de todos los ciudadanos de este país y que no nos han preguntado si estamos de acuerdo en que las explote o no.

Manuel García Estrada. Comunicólogo con especialidad en radiodifusión, plataformas digitales, comunicación política y organizacional.

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