Chabelo, el amigo de todos los niños, ha muerto.

Yo veía Chabelo porque el domingo también me despertaba temprano, no podía salir a jugar a la calle con mis amigos porque a las 7 am o algunos estaban aún dormidos o preferían ver a la Tv.

«Yo soy, Chabelo, amigo de todos los niños, yo digo versitos y canto canciones y doy consejitos, jugaré, reiré y quizá hasta lloraré, pero siempre contento en este programa de té, no, de mí, de té, no, bueno, ya me se olvidó» era su canción que de tanto repetir la aprendí y conforma, aunque me resista a aceptarlo, parte de mi cultura pop. Con esa que creces y te marca.

Vi a Chabelo en la Carabina de Ambrosio, ahí me gustaba más, era «Pujitos», salía con César Costa al que él llamaba Cesarín que siempre lo amenazaba con ir a la maleta, porque Pujitos era supuestamente un muñeco de ventrílocuo que siempre ponía en aprietos al rockandrolero con sus ocurrencias. No sé si comenzó el personaje en «el show del loco Valdés» o directo en el programa de la carabina.

Pujitos era un muñeco enorme de ventrílocuo que asegún ese era César Costa, muy chaparrito, y verlos a los dos ya en sí era un acto de comicidad que ridiculizada las estaturas sin que nadie se ofendiera.

Hizo más de 30 películas participó en telenovelas pero lo más emblemático fue su programa dominical «En familia» que dio voz en los 70 y 80 a «los cuates de provincia» que llamaban para concursar pero que gracias a ellos sabíamos de la existencia de ciudades conocidas o pueblos desconocidos.

Hoy, después de años de burlas de que no moría y sobreviviría a todos los más viejos reyes, actores, políticos, del mundo la vida de Chabelo llegó a su fin. Personaje querido por millones de niños que al crecer llevamos canciones en la mente que surgen en nuestro día a día accidentalmente con cosas que son tan simples pero tan relevantes como cuando cantaba «Garabato colorado» y recordamos cómo era el 10 de calificación de los maestros en la primaria.

«Mi maestra me dio un beso a la salida, porque hice los palitos parejitos, y me puso un garabato colorado que parece que le gusta a mis papitos».

Chabelo nunca generó mensajes de violencia o de idiotez, era ocurrente pero transmitía valores positivos a diferencia de otros personajes contemporáneos a él como el Chavo del 8.

Chabelo murió y con él una época de la cultura pop de México.

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