Cuento Pop.

Salto entre azules y amarillos buscando círculos morados y rosados. Busco entre las hojas doradas las flores color rojo que sonríen al ver aves transparentes a las que sólo el pico puedes disfrutar con la mirada alegre.

El hechicero de las montañas implora a Alá un poco de paciencia para que pueda injertar en el cerezo la fragancia de las mandarinas y camina con su lap top escribiendo mil historias de política, patria y sueño.

Más allá de la gran cañada está el hada de los sueños mediterráneos que alimenta con espigas, mariscos y té a las nuevas niñas aladas que entre arcoiris plateados ríen y bailan esperando que lleguen las estrellas a comer sus pensamientos del día y arrullarse con la luna hasta mañana.

Llega el viento, llega al alma y los nomos de los tréboles cobran renta a las ranas que habitan entre las rocas de la cascada que derrama leche de cabra.

Entre las nubes de tormenta llegan los surfeadores de rayos y los gansos de color violeta cantan cuando los querubines persiguen a cupido

Manuel García Estrada, el hijo del rayo.

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