Día internacional del café. Día de la fuerza.

Lentamente crece y a los cuatro años se convierte en una planta dadora de la más inimaginable fuerza para el homo sapiens, si pasamos de ser un mono a un ser pensante por causa del consumo de hongos, como dice la nueva teoría, deberíamos reconocer que no dejamos de ser animales sino hasta que conocimos la cafeína, esa que les dio sentido a los primeros hombres de Medio Oriente que bautizaron los cielos y aprendieron a surcar los mares con inteligencia.

Nuestra cafeína es la más maravillosa de las sustancias que nos hacen personas capaces de convivir en los mismos espacios con debates y diálogos que enfatizan las estrategias y las mil batallas para derrocar tiranos y a grupos de déspotas que nos han perseguido desde que nuestro cerebro despertó con el café.

Los sátrapas del mundo le llamaron al café el producto de Satanás cuando el café ha sido el principal aniquilador de demonios, dioses, vírgenes y alucinantes personajes imaginarios dignos de otras drogas pero no de ésta porque la grandiosa magia del aromático es hacerte CUESTIONAR, te ayuda a dudar. Eso es lo que nos hace humanos y científicos, eso es lo que hace que nuestros espíritus no sean conformistas y no solo sepamos los nombres de Aldebarán o Castor, Pollux o Betelgeuse, la cafeína quiere que vayamos por las estrellas a encontrarnos con otros mundos porque si algo hace bien el café es confeccionar otros y novedosos mundos donde nuestros corazones puedan caber.

El café es la llave a las grandes transformaciones del mundo, a las rebeliones con sentido, a las revueltas que guillotinan monarquías y generan independencias de dragones verdes sobre dragones rojos. Por eso los mormones lo odian y lo proscriben porque necesitan a sus seguidores adormilados, tontos, obedientes, algo que el café NO SOPORTA.

Las élites esclavistas siguen persiguiendo al café, lo hacen con mitos que se desparraman por las bocas de acobardados médicos que lo prohíben a niños y a madres pero que no les alejan del azúcar para embrutecerlos, es obvio que detestan niños achispados en las aulas, por eso buscan medicar a los activos, a los preguntones, a los que no caben en las aulas conservadoras y tradicionalistas. Por eso lo prohíben al que tiene cualquier alteración en su presión quitándoselos pero no exigiendo que se quiten todo aquello que engoma con manteca las arterias.

Las élites desean mantener a la gente esclava y sin cuestionar, de ahí que promueven los descafeinados como sanos cuando son todo lo contrario, esclavizar es detener al homo SAPIENS de su sapiencia, de su cuestionamiento de sus dudas.

El café es el gran aliado de las sociedades que trabajan por justicia a través del esfuerzo y la construcción de ciudades capaces de dominar al mundo, el café es quien nos lleva a las galaxias más lejanas a buscar nuevos sueños y que nos hace conectar con la gran Matriz del cosmos. El pensamiento es materia, es energía, es LA FUERZA.

El café busca que pienses, que no te conformes, que no te sometas. El café busca una sana República de las ideas y las transformaciones donde la democracia se apellide INTELIGENCIA.

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