El clóset. Hay que salir de él.

A Julio Atenco, a Zongolica.

La semana pasada el artículo llamado “la pérdida” suscitó diversas opiniones entre la generación de los emergentes y los contempo, es decir, entre los de 20 a 45 años. La lluvia de comentarios sacó a la luz la enorme necesidad de muchos ciudadanos de echar de casa a los partidos que sólo agotan y agobian a las mayorías entre declaraciones absurdas, dimes y diretes y un clientelismo bajo, ruin, asqueroso y que falta al respeto a la gente productiva y consciente de México.

Creo que ha llegado el momento de que todos salgamos del clóset democrático y republicano sin la necesidad de usar una playera roja, una sombrilla amarilla o un sombrero azul porque eso verdaderamente ya harta.

Esta semana recibí un mail de un artículo publicado por Denis Dresser sobre el PRI y el PAN y otra vez leí que no entiende que ya los partidos han sido rebasados y que la solución no está en ver por culpa de quien regresa fulano sino que el régimen ya es caduco. Prestarse a los juegos seudo democráticos en nada ayuda y en nada oferta soluciones genuinas, eso solamente es engordar al circo.

El lunes pasado tuvo a bien quietloudfm.com entrevistarme para hablar de una preocupación, de la cual los partiduchos éstos que soportamos ni hablan, y que es el desarrollo de la cultura y la educación, en particular el fomento a la lectura y la importancia de los libros. El programa estuvo lleno de polémica respecto de las editoriales, los libreros y el gobierno en sus distintos niveles en lo referido a los procesos de generación de públicos lectores y el desastre nacional en el área.

Muchos editores, libreros y burócratas están inmersos en los libros sin amarlos y eso es lo básico y fundamental para ejercer la labor más compleja y difícil del mundo: generar lectores. No se ama lo que no se conoce y no se apoya lo que no se ama o en lo que no se cree.

Peor y aterrador es saber que hay miles de maestros que no aman los libros, no aman educar y para colmo no se aman a sí mismos.  Tenemos una bola de mediocres con baja autoestima y complejo de agachón que se dedican a echar grilla para tumbar a otro, que son chismosos y envidiosos y que además su ambición no es crear generaciones de republicanos capaces, creativos y valientes sino… una hummer.  Obvio hay quienes si aman educar… de entre ellos son los menos.

Salir del clóset democrático es ser orgulloso de creer en que podemos gobernarnos solos, salir del clóset de la república es decir abiertamente que creemos en la laicidad, en la educación anti dogmática para todos, que no necesitamos a la bola de partiduchos o “líderes” como Elba Esther –tumor nacional- , que queremos que existan sobre la mesa de debate temas trascendentales y no los chismes de muchos noticieros de televisoras de señal abierta…. Una buena y efectiva forma de cambiar al país es ignorar la paja informativa, dejar de agacharnos frente a diputados, senadores, alcaldes, gobernadores, líderes sindicales porque todos somos lo mismo y valemos exactamente lo mismo, no tenemos que quitarnos nunca más el sombrero para verlos.

Una excelente manera de luchar por el país que queremos es no caer en el juego electorero y clientelar de las falsas promesas y dejar de creer que si nos dan una playera, un tractor o una casa no son porque el “señor” fulano nos lo dio, sino porque recibimos algo que es producto de los impuestos que pagamos.

Salir del clóset de la nación buena que merecemos es asumir, creer y confiar en que el pueblo no necesita limosnas, necesita justicia.

Marzo 12, 2009

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