El niño que se forjó a sí mismo

La persona más importante de su vida no le vio, no le ve y no le verá.

Pasó de largo primero sin darse cuenta, esperaba que le viera el cielo, pero el cielo le tenía una sorpresa, asumió que no había sido visto, que no le veía, que no le vería jamás.

Quizás en otro mundo, en otra vida, en ésta el alma entendió el prodigio de ser libre.

Decidiste no verme aunque me trajiste a este hostil planeta

hice cuanto pude para que voltearas más allá de un segundo

fue la nube que traías desde mucho tiempo atrás quien te impidió ver mi luz

padecía la tragedia de querer tu atención sin recibirla

era, soy y seré habitante de otras mentes

peatón de mis propias calles

arbotante de mi parque 

Absorto estoy incomprendido 

me encuentro redimido por mis sueños libres

las estrellas evidencian que mi galaxia era distinta 

fui sembrado entre estos extraños seres

asombrosos, desesperantes, absurdos, misericordiosos

Apenas entendí con todo el hambre de la razón

los sucios pasos de mi desesperanza ante tu corazón amoroso en lontananza

aún pese a todo digo gracias

me inclino ante ti refugio jamás sentido

cobijo jamás mostrado

arropamiento inexistente

clan invisible

misteriosa Torre de Babel

Camino sereno a mi destino

libre

recorro los puentes de los mil sueños

solo

fuerte

recio

forjado por otros que un día alcanzaron también su destino

ahí sentí abandono

es su fuerza recurrente en mis neuronas la que explota en mis ojos y mis sienes

Ahí, esperando esa mirada azul

dejo al niño agobiado por el aura

rompo el cascarón del hombre

sonrío ante la confianza que me tengo

sin fallarme

he avanzado

Nuevamente reitero gracias

sin ser visto me arrojaste a ser bien fuerte

y es ahí en donde nuevamente digo gracias y me inclino para honrarte

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