Esas ganas de ser imbécil

Hoy, cuando hay tanta información disponible ¿por qué hay quienes siguen queriendo estar en la imbecilidad? Es por comodidad, la pobreza intelectual y de pensamiento crítico permite creer que lo que sigue vendiendo Hollywood, la televisión, la música comercial y las redes sociales ofertan como versión del mundo.

La gran mayoría se dice feliz, viajado, bien cogido, bien comido, en los últimos eventos, en la moda, es decir, en la idiotez… creen que están haciendo algo valioso, la realidad es que están en manos de poderosos que a través de distractores que utilizan la necesidad de reconocimiento de millones de personas que son patéticas por feas, brutas, burras o porque son huevonas y quieren inculpar a todos los demás de su miseria se convierten en perfectos esclavos que producen riqueza para unos cuantos.

Hay niveles, hay quienes creen que ya despertaron y son mejores que el resto pero la realidad es que son mejores para quejarse, joder o molestar haciendo corajes y llamando la atención porque son «superiores». Estos son los wannabes por excelencia, los que en vez de mejorar aparentan que lo hacen y con lo poco que conocen se sienten los supersabios. Son necios que creen no serlo.

Los más bajos son los que puedes manipular con novelas y canciones y los haces creer en cosas idiotas como que emborracharse está bien para decir la verdad -porque son tan cobardes que en sus cinco sentidos no lo harían y pedos hasta los deben perdonar-. Son los que cantan con los mariachis llenos de tequila. Son los que su mundo es una camiseta de un equipo de fútbol y discuten sobre el tema como si fuera relevante para el combate a la pobreza o la aparición de levantados.

Los wannabes son gente que viene a más, que puede comprar un poco más y que trata de incrustarse en sectores sociales que se dicen educados, los hay pequeños burgueses, gerentes, clasemedieros altos, que están en busca de la sofisticación sin dominarla, creen que tomar marcas comerciales de vino baratas pero compradas en macro tiendas son sommeliers. Creen que escuchar música pop en saxofón los hace jazzistas o los que si van a una exposición de arte el chulear la obra del artista es suficiente para ser expertos, en las redes de todo opinan pero en la realidad no leen más que libros de autoayuda.

Todos ellos atiborran las redes con su felicidad ¿de verdad serán felices? Si eso fuera cierto que ganas de ser imbécil.

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