Fiesta en la casa del futuro

A veces es desesperante ver que alrededor existe un ejército de personas que aún no comprenden los tiempos y los signos, permanecen en un estado idiota y pendejo en el que creen que todo como está es correcto.

¿Cómo es que no todos han despertado? Estamos en una etapa de transición entre eras, hay un mundo viejo y podrido que muerto sigue apestando y vibrando en lo oscuro y una nueva humanidad que ya entiende al cosmos y nuestro papel en el universo sin problemas pero los viejos y milenarios dogmas laten aún haciendo oposición, se resisten a meterse al féretro de la mierda.

Muchos estamos ya en la plataforma de lo que viene, de hecho comenzamos la fiesta en la casa del futuro desde hace años pero todos los vecinos que llaman a la policía para callarnos son el ejército, la religión, las ideologías y su fin mercantilista – esclavista y las academias pedorras de las artes que a través de la gente común y mediocre que prefiere obedecer son los policías en nuestros hogares, son las tías y las abuelas conservadoras y envidiosas que no lograron ser algo más de lo que son, son los padres machos y las madres sumisas que llenos de celos ante los hijos de un nuevo mundo se llenan de ira y los golpean, son los congeneracionales que adiestrados a comer zanahoria mientras les meten una trinche ardiente por el culo aislan y obstaculizan a quienes han decidido renunciar a las denominaciones impuestas como generación x, millennials, etc.

Más allá de todo el entripado y represión que los señores de los castillos medievales puedan generar el cambio va y ha rebasado a los supuestos políticos de las idiotas derechas e izquierdas, a los religiosos y a los policía-soldados que sirven al capital. No hay marcha atrás, el tiempo de la tecnología y la vida sustentable está aquí y van a patalear los dueños del petróleo y de la banca pero no lograrán con berrinches revertir lo que no viene, es lo que ya llegó.

Cada mañana cuando te prepares para salir de casa recuerda que te toparás con un robot estupidizado en templos, medios de comunicación, escuelas y en sus hogares que renunciaron a ser familias para transformarse en chantajistas emocionales capataces de campos de concentración pequeños. Respira hondo cuando los encuentres frente a ti, inhala y exhala que el oxígeno que respiras ya es de una nación de los libres, y a esa nación perteneces tu. 

Recuerda, la fiesta en la casa del futuro empezó ayer, bienvenido. 

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