Hogar y duda

Tantas historias, tantos destinos, tantas heridas, tantos sueños, tantos aspirantes a dueños, tantos malgastados corazones estúpidos que al tener lo que ansían salen corriendo por cualquier puerta porque descubren que no podrán ni competir ni alcanzar.

Suave reservado de uvas favoritas que planchan mi pecho sobre los ojos anhelados mientras respiro multitudes fatuas que exasperan por su incapacidad de soñar y crear conformándose con ser apenas pulga del perro aquel reposando en el lodo del jardín de nadie.

No hay desesperanza que valga para nadie, ni aunque estés enfermo condenado al sin mañana porque los señores de la medicina son dueños de las más terribles oscuridades pero jamás poseerán la luz. Esa es tuya, mi vida.

Dispara a cuanta almohada y boca quieras, levanta el grial de mi más apasionante deseo en favor de tus lunas y tus soles, desoye a los que quieren que te guardes y saca todo eso que duro te muestra la gloria de mis sienes calentadas por las tremendas esferas que los incapaces no pueden llevarse a la boca al mismo tiempo mientras ese acto es mi deporte favorito.

Resiste a jugar con quienes piensan que hay obligaciones de roles y quienes creen que el machismo debe imperar hasta en colchones, desecha a los que exigen similares en las fotos pero carecen de cultura, ilustración, mundo, gozo y fuego.

Restaura tus aromas, tus recovecos, auxilia a tus canas a recibir jadeos de efebos y libera tus esfínteres para llover sobre rostros que colmados de los dedos marcados más ardientes se revuelcan sudando mientras exigen pura guerra sin tregua en madrugadas y amaneceres mojados llenos de saliva que permiten la entrada de mi ser para llenarte de millones de quienes no serán ni podrán votar en este mundo taciturno y egoísta al que llamo en toda noche hogar.

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