La libertad, el frente eterno de batalla

La sociedad tiene un impulso libertario que es imposible de parar, las revueltas que se han dado desde siempre para echar abajo tiranías se mantiene intacto aunque aparentemente son muchos los que desean estar bajo el control paternal de un poder totalitario y despótico.

La iglesia mantuvo el control durante 800 años pero no al cien por ciento, siempre hubo quienes se enfrentaron a Roma y quienes desobedecieron lo que de los templos de control se imponía, con mucha gente idiotizada y manipulada con la idea de un dios que te veía hasta a la hora de tener sexo o de orinar parecía que jamás la luz iluminaría a la sociedad pero fue imposible sujetar al espíritu del hombre y ese despótico poder autoritario ha caído.

Hoy la tecnología puede servir para mantener a las masas en la vulgaridad y en los temas inútiles que no aportan ningún sentido a la civilización como el deporte comercial, la televisión chabacana o las redes sociales llenas de fakes pero no han podido, desde el poder, someter a todos porque es imposible hacer que todos dejemos de pensar. El rebelde, el que cuestiona, la oveja negra, siempre nace y siempre se hace de seguidores.

Hoy, en pleno 2023 cuando la pandemia se aleja en la memoria pendeja de la gente tonta, sí, esa memoria absurda que minimiza lo que nos han hecho: empobrecimiento global a costa de grandes negocios para unas cuantas empresas, cierre de millones de pequeñas empresas en todo el mundo, traumas sicológicos, miedo a socializar, pánico a respirar y convivir; el veinte le cae a algunos que empiezan a rechazar códigos QR, pruebas de PCR o noticias de que otra vez la pandemia nos asedia, ellos no han despertado por sí mismos, se han cansado de tanta estupidez que por fin comenzaron a cuestionarse a través del enojo.

Poco a poco los covidiotas empiezan a darse cuenta de su idiotez pero sin saber manejar su ego refutarán todo argumento donde se les diga que se les advirtió de la farsa. Solo el tiempo con tanto atosigamiento los hartará y aceptarán que la cagaron y que su cobardía fue creada por los medios, pero ahí estaban ellos, usando gel con alcohol, pasando por túneles que les arrojaban humo o cloro rebajado, ahí estaban ellos comprando galones de cloro, desnudándose al llegar a sus casas, mandando a la policía para que suspendieran fiestas de Navidad hasta de sus familias, ahí estuvieron llamando irresponsables a los que no creíamos en el espectáculo. Ni perdón ni olvido, hemos pasado por una de las guerras sicológicas de terror más brutales y a los colaboracionistas se les debe tratar como tales.

La libertad, esa que alimenta a las mentes de los hombres que buscan construir mundos, es lo único que reivindicaría a los millones de ignorantes sin capacidad racional parea retomar el camino y enfrentar la agenda que se busca imponer y que es simplemente control total para esclavizar a la gente.

Son tiempos de definición y lucha ¿tú ya definiste tu bando?

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