LA RELATIVIDAD DEL TIEMPO

Acostumbrados a volver la mira para ver quien es, el pasado nos silba solo para descubrir que nos hace señas de adiós y despedida, sonriéndonos (burlonamente) a la distancia entre las cortinas de los años transcurridos de una edad moza, narrándonos nuestra vida bajo una estela de pensamientos y recuerdos, a veces sin pena ni gloria y otras tantas con más penas que gloria porque, cuando se es joven, lo suficiente para vivir en un sueño idílico de una ingenua juventud desprovista de toda realidad y del efímero tiempo, tiempo que al cabo de los años intentamos recuperar tras un débil suspiro de nostalgia, anhelando, sabiendo y aprendiendo, tú sabes como es eso y como se siente!.

Cuántas veces nos hemos arrojado al abismo de la incertidumbre, ocultándonos en nuestro silencio solo para encontrarnos en una espiral descendiente, abstraídos de toda posibilidad, negando al mundo una parte de nuestra existencia por un incesante frío de desapasionamiento por la vida. La diferencia que ha ocasionado mi existencia al mundo es qué ahora, gracias a este medio y sobretodo al hombre que lo administra es que exista una oportunidad de compartir algo porqué, a mis treinta y tantos años me he convertido en una idea en una larga cadena de descubrimientos, comprendiendo que las necesidades no se crean, existen y por lo tanto a cada estimulo real constituye una respuesta real pues siempre me acostaba pensando «qué es lo que estoy haciendo de mi vida» mientras el sueño comenzaba a reptar desde la almohada por mi largo cabello hasta quedarme dormido, con razón ahora entiendo porqué muchas mañanas desperté con una inquietud oprimiendo mi pecho mientras me preguntaba una y otra vez el mismo «porqué», la respuesta siempre fue exactamente la misma, equivocada y atiborrándome de pensamientos complejos cuando la solución yacía en la practicidad de un «cómo» para descubrir que no se elige cómo nacer y en la muerte es igual, lo único que se elige es cómo vivir; estoy rodeado de una vorágine de emociones y dudas igual que tú, la diferencia es que ahora ese «cómo» marca las pautas.

Siempre lo he dicho, «nada ni nadie llega antes o después» a nuestras vidas solo llega en el momento justo y a menudo bajo circunstancias extrañas, misteriosas e inesperadas pese a la diferencia de edades aunque el tiempo parezca súbitamente desfasado, es como si el destino fuese un bromista queriendo jugarnos una treta pero que al paso de ese tiempo es lo más sincero que hemos vivido, visto, escuchado sentido y encontrado durante mucho tiempo de infructuosa búsqueda… ¡Oh! Es verdad hace siglos deje de buscar el sueño idílico vertical, convirtiéndome en una extraña arqueología cual obelisco intentó alcázar las estrellas de un basto firmamento, ahora lo único que quiero es acariciar las aterciopeladas flores del horizonte al medio día, mandando señales al mundo diciendo «¡hey! Aquí estoy» si puedes darme una oportunidad y dedicarme tiempo procurare devolvértelo de la misma forma y mientras tu estés en este mundo será un lugar interesante aunque eso aún tú no lo sabes.

Los sentimientos y las emociones son algo que no se puede plagiar, solo se arrebujan en nuestros corazones para esbozar en millones y millones de caracteres, a veces alguien solo escribe de manera sintética poco o nada apasionados con el propósito de lograr algún objetivo (entre ellos el sexo), no hace falta buscar la etimología de las palabras para saber que la frase enamoramiento es exactamente eso enamora-miento, romantizar cuanto más se pueda, mintiendo en vuestro pasado, en vuestro ser, desleales a vosotros mismos, engañando sin una razón justificada y es que «quienes no conoce a dios a cualquier viejo barbón con rasgos megalómanos, invasivos y degenerados se le hincan».
                                                                                                                                     

 …Esto aquí no termina.

Luis Fenrir R.

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