Las redes nos muestran más que a personajes a gente con carencias de todo tipo.

Hoy pululan en las redes sociales personas de toda clase, llaman mucho la atención los que con problemas afectivos, emocionales, autoestima y necesidad de reconocimiento suben a la red «su vida».

Hace unos años cuando alguien con carencias de todo tipo -sin que lo supiéramos en ese entonces- te enviaba una solicitud de amistad por facebook y le dabas aceptar te mandaban mensajes como «bienvenido a mi mundo». Obviamente eso daba risa porque nos mostraba a gente con egos enormes que creían que tenían vidas interesantes. Lo que más necesitaban era terapia, no solo la aceptación burda de la red.

Esos egos mal trabajados y mal evolucionados a veces se mezclan con rasgos esquizoides, paranoicos o psicópatas, incluso algunas personas padecen lo enunciado pero ahora que vivimos en los tiempos de miles de identidades «sagradas» no está bien visto decirles que tienen un problema de salud mental. Hoy se acepta a los enfermos psiquiátricos como algo diverso.

Flor Amargo.

La performancera Flor Amargo, que muestra sus habilidades en el metro y las calles, viene de menos a más en su exhibición de problemas en su ser, aparece llorando, llamando la atención, buscando likes, solidaridad, lo que sea para que siga vigente y que sea consumido lo que hace.

Lejos quedaron sus episodios chistosos de viajera cantando, bailando o tocando instrumentos en distintas ciudades, ahora busca llamar la atención y enaltece patrioterismos y «libertades» que rebasan lo correcto y lo cuerdo.

La performancera pasó de ofrecer arte callejero a lástima y victimización, negocio muy redituable hoy en día.

María Clemente.

La actual diputada plurinominal de morena mantiene su estridente conducta que muestra sin tapujos para exigir respeto a su diferencia, a su libertad, pasando por alto la libertad de los demás al faltar al respeto al que se le pare enfrente acusando de clasismo, racismo, transfobia y demás tonterías a los que no acceden a festejar o apoyar su falta de respeto, vulgaridad, ignorancia y abuso de autoridad.

Nuevamente los problemas afectivos y emocionales quedan expuestos con su manera agresiva de ser como cuando alegó que su derecho era subir a la red sus vídeos dando felaciones porque es «puta», a eso se dedica, quizás nunca imaginó que por más que queramos una sociedad progresista los límites a esas libertades acaban siendo libertinajes que faltan el respeto a la democracia y a los valores republicanos al generar actos circenses que desprestigian al oficio legislativo.

Si Flor Amargo y María Clemente son tan víctimas del mundo y necesitan apoyo y amor bien estaría que se casaran, a ver cuánto dura el matrimonio y a ver si se soportan en su diferencia y capacidad de amar incondicionalmente.

Hoy también, vale la pena recordarlo, cuando señalas los libertinajes, es decir, los actos de libertad que afectan la libertad de los demás, serás llamado conservador, fascista, facho, y demás tonterías que no son ni argumentos pero desde la imposición ideológica «progre» son la spalabras a usar para todo aquel que busca al menos la cordura.

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