Leblouh: Preservar o cancelar una práctica ancestral, he ahí el dilema.

En diversas regiones de África Occidental específicamente en Mauritania, existe una práctica ancestral que hasta nuestros días está presente en distintas etnias, la cual consiste en la alimentación forzada y excesiva de los infantes de cero a ocho años con la finalidad de que ganen peso y talla rápidamente. Los niños varones con el propósito de que crezcan robustos y fuertes, como un símbolo de estatus, buena salud y buena crianza, también como una garantía de prosperidad y aceptación social.

El caso de las niñas es aún más cruel ya que son sobrealimentadas de manera violenta para que crezcan rollizas y obesas, que puedan resultar atractivas para los hombres y sean desposadas a edad temprana, tanto así que sin haber alcanzado la madurez sexual, son entregadas como parte del botín de intercambio entre familias, con el interés de obtener la dote que por ellas ofrecerán, que mientras más peso ganen, serán consideradas como mujeres fértiles y aptas para criar más bebés.

Esto representa una tortura evidente para los infantes por parte de sus madres y abuelas ya que les son propinados severos castigos corporales para obligarlos a ingerir grandes cantidades de alimentos ricos en grasas y carbohidratos. La dieta consiste, además de la leche materna, en leche de camella mezclada con couscous  y otros cereales <<cuscús, es una sémola de trigo con una apariencia muy similar a las semillas de amaranto>>.  Estos niños, sobre todo los bebés de pocas semanas de vida, llegan a morir en el proceso víctimas de asfixia, reflujo, bronco aspiración y otras complicaciones en las vías aéreas y el sistema digestivo.

A la luz de nuestros tiempos, esta tradición nos suena escandalosa, cruel e inhumana, especialmente si no tomamos en cuenta el contexto en el que se originó y en el que se ha preservado. Estas comunidades son mayormente nómadas, beduinos que viven en caravanas en zonas desérticas y semi-desérticas. No obstante que la mayoría de estas comunidades profesan el islam, también hay minorías cristianas y paganas que conservan otras creencias originarias, la profesión de fe es irrelevante.

Esta práctica hoy en día persiste en la cultura popular de Mauritania como un extraño sincretismo new age, como un aferramiento al pasado, a las tradiciones, a la cultura originaria y a la continuidad de una práctica que forma parte de la identidad cultural, misma que se ve amenazada por la introducción de cánones de belleza promovidos por los países dominantes en lo económico, en lo político y en lo militar. Por una parte, el acceso a la tecnología comienza a ser una influencia importante hacia las nuevas generaciones que pretenden imitar las modas y los estereotipos que se promueven en las redes sociales y en los medios masivos de comunicación, y por otra parte la cultura de la cancelación occidental que está en boga, les ha colocado en una encrucijada entre mantener la tradición, la identidad propia y la continuidad del leblouh o adoptar las influencias del mainstream.

Statement de Artista

Uno de los discursos que reiteradamente abordo en mi obra, tiene que ver precisamente con temas relacionados a la obesidad, las tallas grandes, el consumismo, la voracidad y todo aquello asociado con la gastronomía, lo exquisito y sofisticado de lo gourmet, y todos aquellos excesos y pasiones desenfrenadas ante la comida.

En mis pinturas hay banderas, escudos, esculturas y monumentos de regímenes dietéticos, generalmente jugando con la doble significación de “régimen” como sistema político, militar o de control y el “régimen alimenticio” al que el sujeto se somete, primordialmente para controlar o bajar de peso. En este caso, hablo desde mi propia experiencia con toda clase de dietas que desde niño he conocido, practicado y abandonado. He sido sometido a numerosas torturas alimenticias y he vivido todas las frustraciones que el dilema entre comer o no comer me ofrece. Es jugar constantemente al juego de la ruleta rusa… jalar el gatillo, jalar y jalar constantemente… sin que en ninguna ocasión sea disparada la bala letal.

En la obra que presento Leblouh, reflexiono también sobre la maternidad y los valores morales que la cultura dominante nos impone. Se promueve con importante énfasis la lactancia en los primeros meses de vida de los bebés y por otra parte, la gente se escandaliza y se ofende cuando las madres dan el pecho a los infantes en público, como si fuese este un sacrilegio, un pecado capital, un acto obsceno e incestuoso. Sin embargo en la práctica del leblouh, la alimentación forzada de los niños, es artificial ya que por más que la madre alimente al hijo con su propia leche, jamás podría lograr que el hijo robustesca a los niveles que la tradición determina.

Pongo en tensión también a la maternidad como un elemento fundamental para la preservación o no de las culturas, de los pueblos, para la transmisión de sus legados hacia las nuevas generaciones. Es la dicotomía entre el acto de amor y la barbarie puesto que esas madres tratan de hacer lo que desde su experiencia es mejor para sus hijos, a pesar de que puedan provocares la muerte.

No ofrezco juicios de ningún tipo puesto que no me interesa definirme en una postura, de hecho defiendo ambas. Me interesa más traer el tema a la discusión y a la reflexión. ¿Cuántas de las prácticas que hoy consideramos como benéficas para los individuos conservarán su validez en las próximas generaciones? ¿Valdrá la pena cancelar y denostar esta aberración? ¿Estamos verdaderamente autorizados para intervenir con procesos culturales que por siglos han perdurado? Esas y otras tantas preguntas son las que me interesan.

En esta obra se aprecian tres piezas que forman una especie de retablo el cual evoca los íconos de los Cristianos Ortodoxos Coptos y hace referencia en la pieza central a la Teotokos [Madre de Dios] amamantando a Cristo. Es la Virgen María que alimenta al niño con un semblante de aflicción puesto que de ante mano conoce su fatal destino. Las dos piezas laterales pretenden ser una vista hacia el interior del bebé, una vista con rayos X o tomografía de las vísceras del producto. Un elemento que une ambas piezas, son los textiles, hilos de oro y perlas que al centro emanan del cáliz y entran a la boca del infante y en las piezas de los laterales, esos mismos elementos ornamentales se ven amplificados dando la sensación de una textura orgánica y caprichosa como los entresijos de uno.

La pieza fue creada a principios del 2021 y fue seleccionada para la Bienal de Arte Contemporáneo BARCO 2021 inaugurada en la Sala Jesús Gallardo en León, Guanajuato, en el mes de marzo, obteniendo una mención honorífica y continuará en una serie de exhibiciones por museos del Bajío y otras sedes durante el 2022.

 Leblouh

Autor: Juan de Dios Mendoza Rosales

2020

Tríptico compuesto por:

Pieza No. 1 (izquierda)

Acrílico, textiles, hilo de oro y perlas sobre tela

23 pulgadas de diámetro

Pieza No. 2 (centro)

Acrílico, textiles, hilo de oro y perlas sobre tela

48 X 30 pulgadas

Pieza No. 3 (derecha)

Acrílico, textiles, hilo de oro y perlas sobre tela

23 pulgadas de diámetro

Con el permiso del autor se publica.

Contacto: ttps://www.facebook.com/EspejoscopioTeatro

2 comentarios en «Leblouh: Preservar o cancelar una práctica ancestral, he ahí el dilema.»

  • el julio 24, 2021 a las 8:23 am
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    Maravillosamente detallada, mostrar las entrañas, sistema digestivo, donde además se origina la absorción, somos lo que absorbemos, principal receptáculo de emociones positivas y negativas; pensando en todo esto, es tan perversamente fácil dominar, manipular, violentar con la comida, ya sea por su exceso o por su ausencia. La talla que es lo que verdaderamente determina condición de salud o enfermedad está íntimamente vinculada a reacciones emocionales y programaciones de pensamiento, lo que me lleva a girar a tu pregunta :
    ¿Estamos verdaderamente autorizados para intervenir con procesos culturales que por siglos han perdurado? No tendría autorización para señalar la paja ajena, en todo caso podría preguntarme si las motivaciones que me impulsan a realizarme torturas alimenticias están motivadas por lo externo o por lo interno, por encajar en el estereotipo o por amor propio, por ser parte de un clan, si lo considero tortura o disciplina; por mi parte he visto siempre que procuraro el agrado ajeno es tan frustrante, estresante, confuso, que se convierte en tortura, perturbación, porque jamás daré el «ancho», además que da como resultado olas de mar, inconstantes, arriba, abajo, impetuosas, pasivas, contrario a colocarme de tiro al blanco, decido y me elijo, reconociendo que mi naturaleza es única, por lo que es menester inquirir en lo que se adapta a mi biología.

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  • el julio 24, 2021 a las 11:23 pm
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    El texto está excelente pero la representación artistica es incredible. 👏👌

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