¿Merecemos el golpe a la educación por “pandemia”?

El barco está seguro en el puerto, pero se hizo para navegar.*

Mandaron a todos a sus casas, desmadraron el sistema educativo que de por sí ya era un problema porque la gente seguía estudiando sin aprender, las actitudes de los alumnos seguían empeorando y los casos de sobre protección de estudiantes crecía disminuyendo la autoridad de los maestros.

Ya nos habíamos dado cuenta de que los movimientos magisteriales manipularon a la opinión pública en vez de defender la educación y su calidad solo se enfrentaron para mantener sus plazas y privilegios pero la calidad de la educación y la manera de enseñar no se modificaron.

La “pandemia” hizo que la educación adoptara nuevas herramientas de enseñanza aprendizaje pero sin que mejoraran los contenidos, sin que se buscara que los estudiantes se convirtieran en cuestionadores y constructores de mundos. La guerra del magisterio contra los exámenes era solo para mantener el trabajo, no era para desafiar a la OCDE en su afán de capacitar a los jóvenes para que fueran mejores cajeros de OXXO o de Walmart, no era para formar mexicanos comprometidos con la verdad, la justicia, la democracia o la república ni siquiera para tener a los mejores estudiantes de matemáticas o física, eso no importaba; importaban las plazas, venderlas, traspasarlas, etc.

En medio del desastre burocrático y corrompido de los sindicatos educativos mandaron a todos a sus casas. Incluso al personal de intendencia que dejó en el abandono miles de recintos en el país, algunos fueron vandalizados sin que se interpusieran denuncias ni los arreglaban, total, no había clases.

La enseñanza aprendizaje presencial no dejó de funcionar para la élite en el mundo, ese sector de la población, el 1% para ser más claros, mantuvo los celulares lejos de sus estudiantes y siguió construyendo ciencia y neurología, filosofía y artes, porque “los de arriba” son los que mandan ¿cómo podrías desarrollar liderazgo en jóvenes pendientes del Facebook o del Tik Tok? Eso es para las masas de cajeros y limpiadores excusados, a veces para los que son gerentes de tiendas pero que siguen siendo los NO EMPRESARIOS. Para la élite los pequeños burgueses somos un estorbo, ellos quieren que todos sean pobres para que dependan absolutamente de sus sueldos miserables y del endeudamiento permanente para esclavizar a todos.

Las clases medias, esas de las que se burla el presidente López Obrador y las considera sus enemigas, son las que más están abriendo los ojos frente a lo absurdo de haber detenido el sistema educativo, las pequeñas empresas, las medianas y las grandes requieren el relevo de los vástagos que con estos meses, más de un año, sentados frente a la computadora en medio de cientos de distractores,  tendrían que hacerse cargo de los negocios pero al reducir las capacidades sociales al encerrar a los estudiantes reducen la posibilidad de tener herramientas para comunicación y construcción de comunidad, algo básico para las empresas pequeñas.

Millones de niños y jóvenes quedaron reducidos a que la computadora les diga cómo generar inteligencia capaz de resolver problemas pero la posibilidad de supervisar lecturas en clase, actividades de equipo, fueron desplazados por lo virtual a través de canales de televisión que recibieron millones de dólares para introducir entre su programación basura al sistema educativo digital. Una mentada de madre.

El sistema educativo hasta la “pandemia” tenía poco más de 7 mil años de haberse inventado en Sumeria (entre el Tigris y el Eufrates ) y aunque su tradicionalismo ha tenido muy pocas variantes era funcional y necesita pasar a una nueva etapa en donde la construcción del conocimiento fuera más eficiente. Lo virtual no es eso que esperábamos.

Los niños y los jóvenes deben regresar a los salones porque somos humanos a partir del otro, es decir, un homo sapiens sin comunicarse no es más que algo cercano al mono, somos personas porque construimos sociedades y con ello podemos hacer que nuestras capacidades emocionales e intelectuales mejoren. Cercenar a los chicos a que estén detrás de un monitor y decir que ellos están contentos así es un atentado a la sociedad, a la democracia (deben aprender a hacer acuerdos y a dialogar en respeto), a la república (deben combatir el dogma y pensar en la equidad, la fraternidad, la libertad).

Detener la educación no solo detiene la economía, detiene al Ser que requiere experiencias e intercambios de ideas con gesticulaciones, aromas, sonidos, entonaciones de voz, posturas, mata a la currícula oculta**, es decir, a lo que los maestros con su presencia nos inspiran para ser mejores personas ya sea por admiración o por rechazo a la conducta que los estudiantes observan y viven en el salón de clases.

Es evidente que los sindicatos y los burócratas de las secretarías de educación están a todo dar huevoneando en sus casas, así es como los sindicatos quieren que sea el trabajo: hacer poco y ganar mucho porque son sus “reivindicaciones socio-revolucionarias” –pura mamada de mediocres-.

Es hora de volver a clases, con todos los riesgos de contagiarse de gripa, covides, sarampión, piojos o diarreas por comer chicharrines con salsa rebajada con agua de la llave, es hora aunque haya riesgos de choques en auto, mamás histéricas gritando a los niños o papás que se olvidan de pasar por sus creaturas puntualmente, la vida es así y el sistema educativo debe asegurar a la sociedad que los niños y jóvenes que forma sean valientes y tengan la capacidad de resolver problemas, no esconderse de ellos detrás de campañas de propaganda miedo y terror sobre la vida.

Los estudiantes deben no solo entender, necesitan creer en sí mismos y en la posibilidad de la ciencia por detener “pandemias” o guerras o pobreza. Afrontar la vida y salir adelante es parte de lo que tienen que meter en sus cerebros para que el país nunca pare y se convierta en lo que añoramos, a menos que creamos que México debe ser el país de los pobres y esclavos que reciben bequitas pedorras o ayudas haciendo fila.

Habrá mediocres que eso deseen ¿pero tú?

Manuel García Estrada, el hijo del rayo.

Catedrático universitario por 12 años para UGM, Tec de Monterrey, UniVo y Universidad Autónoma Villa Rica; coordinador del área de Humanidad en UGM.

* Paulo Cohelo.

**La currícula abierta es el programa de educación en donde ves los temas a tratar en clases. La currícula oculta es la capacidad del maestro por inspirar a los estudiantes a ser mejores y construir nuevos mundos.

2 comentarios en «¿Merecemos el golpe a la educación por “pandemia”?»

  • el julio 21, 2021 a las 12:27 am
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    Mi estimado Rayo, tan certero como siempre en tu análisis y reflexión en esta ocasión no es la excepción.
    Te comparto como docente de educación básica de primaria en un colegio particular y ya 20 años en esto de enseñar, que pude constatar aún más lo que ya sabía acerca de la brecha abismal entre la educación pública y privada.
    Platicando con amigos y familiares acerca de sus hijos que ya no estaban teniendo clases presenciales, la mayoría de ellos en escuela pública, era una incertidumbre total, en la mayoría de los casos los maestros tuvieron escaso o nulo contacto con sus alumnos y los dejaron en manos del programa por televisión abierta APRENDE EN CASA, el cual no tenía ni pies ni cabeza, ni en su contenido en su mayor parte obsoleto desde el punto de vista pedagógico y didáctico, ya ni decir nada del disparate programático, errático y desfasado de las diferentes zonas horarias del país por lo cual todo se limitó y resumió en el famoso cuadernillo para llenar y enviar cada quién como pudiera.
    No así el caso de las escuelas privadas donde existía la presión de parte de los padres que pagan un servicio el cual esperaban recibir y algunos tuvieron que exigir que se cumpliera.
    las escuelas se ajustaron rápido a esta nueva normalidad de las clases en línea (con el costo que ello representó a los docentes en casa pagando los insumos propios de tener el Home office) y al menos en educación básica incluyendo primaria y secundaria, a saber de la zona escolar a la que pertenecemos, las clases se llevaron de una manera bastante fluida y en un horario razonable de 9 a 1 justo para sacar los contenidos de los aprendizajes esperados.
    Con lo anterior no estoy justificando ni diciendo que que esto que está pasando es el mejor escenario posible,
    De hecho es lo peor que que estamos aún viviendo y las consecuencias ya están también aquí y ahora. simplemente quiero enfatizar la pequeña gran diferencia de un sector de la población favorecido por la ventaja de poder tener acceso a esa otra educación privada y que en realidad representa a una muy mínima parte de la matrícula total y que también refleja otra cara de esta triste y lamentable realidad de nuestro México.
    Saludos cálidos desde la ciudad del Sol, Hermosillo Sonora.
    Te mando un fuerte abrazo!

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  • el julio 27, 2021 a las 2:51 am
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    Otro artículo atinado, que triste es ver que los profesores, quienes se supone que deben formar el pensamiento crítico y analítico de los estudiantes según se marca en los planes y programas de estudio, sean los primeros en escudarse tras la fachopandemia para seguir en sus casas cobrando sin trabajar, que triste que sean los primeros en propagar el miedo actuando como borregos y fomentando esto en sus alumnos, hay canales en you tube de docentes que pregonan y repiten los diálogos escuchados a diario durante año y medio pero no es por miedo al contagio ¿Contagio de qué? Si les vale su propia salud. Son unos cobardes que no quieren dar batalla educando, mientras que otros gremios (doctores, electricistas, albañiles, campesinos, policías, etc) han estado a pie de cañón, claro ahí se ve quien si es sustituible por el trabajo digital y quien no, sería rídiculo que los otros pidieran trabaja en línea, como lo que siguen pidiendo profes ya con población vacunada y con experiencia médica para llevar la tan mencionada enfermedad, y todavía se atreven a reclamar en redes a la SEP, a USICAMM y al gobierno, victimizándoce porque según los tratan mal, y cuando se les pide empatía para un niño porque quien sabe cual es su situación de vulnerabilidad, entonces el niño y los padres son irresponsables que nunca pasarán de perico perro. Que triste es el decaimiento del sistema educativo en todos sus sentidos.

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