México en el fin del mundo. Se oyen quejas pero no hay acciones.
El plan B en materia electoral de AMLO evidentemente está planeado para desmadrar a la República y su división de poderes al controlar los procesos electorales, él insiste en que otra vez se someta al INE al gobierno federal destruyendo su estructura en todos los estados.
Manipulando y usando palabras mentirosas el sujeto que con abuso de autoridad emite mensajes todos los días violando la libertad de expresión del resto de los ciudadanos intenta hacerse del control de México por lo menos unos 70 años, como lo hizo el partido al que pertenece y ama: el PRI.
La votación obvia de caída de su reforma en San Lázaro no es suficiente, se tiene que detener la intentona de golpe de estado legal. Que eso es lo que quiere. Pretende que una junta civil- militar se adueñe del país, ese es su afán.
La votación del Plan B en San Lázaro fue un insulto a la población consciente de México, se entregó mañosamente unas horas antes para evitar su estudio y análisis y la oposición fue muy pendeja en mantener la sesión en el Congreso, debieron reventarla para que se postergara y poder saber cómo atacar el plan maquiavélico que daría impunidad a los criminales que han violado la veda electoral como Sheinbaum o Marcelo. Chamaquearon a los opositores a menos que haya existido un acuerdo de lo que vimos. No pasa la reforma original y dejan pasar el plan b. Al final vivimos en una partidocracia donde unos cuantos desde la cúpula de esos partidos y sus patrocinadores deciden el rumbo de México.
Este plan b en el Senado nos develará el QUIÉN ES QUIEN y sabremos a ciencia cierta a qué nos enfrentamos, si el objetvo es entregarnos a la Agenda se reformará al INE porque no tiene nada de democratizador el asunto sino todo lo contrario. A nivel mundial el propósito es generar gobiernos monolíticos semejantes al partido comunista chino para poder implementar los controles con códigos QR, dinero digital y control total de la población exterminando sus derechos humanos que se disfrazarán de derechos de identidades.
En el bajo mundo de la grilla fantasiosa veremos quiénes desean gobernar en 2024 al país. Votar en contra de AMLO es votar por darle al país una bocanada de tiempo antes de que el totalitarismo global se imponga, habría que ser muy inteligente para que el país se convirtiera en una nación bisagra mixta entre lo que se quiere desde afuera y lo que se puede sostener en libertad hacia dentro.
Si la reforma electoral o plan b pasa sin problemas sabremos qué hay detrás de los partidos. De detenerla podríamos estar frente a un ejercicio de liderazgo mucho más inteligente y brillante capaz de detener a la bestia herida de Palacio. Lo que es cierto es que no hay moneda de cambio con AMLO que se le pueda aceptar.
López Obrador es traidor de manera enfermiza, no hay pactos ni acuerdos con él que tengan valor porque es enemigo de la República y de la ciudadanía y eso implica que es enemigo de la pluralidad, la diferencia, el acuerdo, el pacto civil. Miente siempre.
No se deben caer en manos de sus palabras vacías que no sostienen más que a la mega estructura de nomenklatura que quiere imponerse en México.
¿Habrá aún ética y amor por la gente entre quienes deben forjar su destino con decisiones históricas?
Estamos por saberlo.
¿Nuevamente los ciudadanos serían capaces de movilizarse masivamente para detener al plan b? Pasaron de la crítica a la acción a la queja y a creer que la derrota de la reforma original es un triunfo… No lo es. Simplemente es el tope que pasas en la calle para llegar a un crucero de muchos semáforos en donde tu posibilidad de choque es elevadísima. Solo la movilización puede parar al esquizofrénico de Palacio, ya lo vimos. Es hora de volver a tomar el poder desde la calle.