No manches, soy izquierdozo pero aún me queda mucho de fífí
Por el manco del cerebro
Vamos a misa en coches preciosos, vistiendo ropa cool…y escuchamos que seamos pobres en espíritu…y decimos que si…porque en nuestros corazones estamos «desprendidos de todas estas bellísimas cosas»…nada más las usamos porque las podemos comprar… ¡JA!
Casualmente los que tenemos pecunia, decimos que el dinero no lo es todo…lo siguiente léase como murmullo …ah, pero como ayuda tenerlo…
La neta del planeta yo amo el dinero y mi chamaco ya ama el dinero…la idea es, creo/espero, que disfrutando el dinero sea capaz de ser pobre en espíritu y no apegarse a lo material; independientemente, el dinero es algo bueno, que digo, bueno, buenísimo!!!; a diferencia de la salud, esa viene y va y cuando no viene pues nos morimos y ya; pero el dinero ese viene y no hay que dejarlo ir porque cuando se va pues eres pobre y eso es feo…
Y con dudas al respecto, le hable al hombre en el espejo y le dije:-Me es difícil ser pobre en espíritu porque tengo cosas. Ya vez que curiosamente se dice que los pobres en espíritu son los que no se apegan a lo material, pero ¿Cómo renunciar a un estilo de vida tan placentero?… ¿acaso me engañaría si me digo que, después de todo, Dios me lo dio?, ¿o no tiene que ver con Dios?
-¿ Qué ? No escuche, dímelo otra vez…
-Dijiste que se puede combinar el tener dinero y ser rico en espíritu, o dicho evangélicamente pobre en espíritu…
– ¡YES!, fiiuuu…. ¡Gracias!; me siento mucho mejor….
-Ahora, nomás dime cómo le hago… POR FAVOR…
-¿POR QUÉ? me incrimina el hombre en el espejo.
A lo que le respondí: Es bueno escucharte, aunque no estoy seguro si tu escueta pregunta: ¿Por qué? Es en base a:
¿Mi frustración por no saber cómo ser pobre de espíritu cuando se tiene bienes materiales?
¿Mi reconocimiento del dinero como una cosa buenísima?, como un valor?
¿Mi preocupación respecto cómo mi hijo debe entender y usar el dinero?
¿Mi perplejidad ante las constantes contradicciones de lo que se nos enseña y lo que vivimos?
¿Mi desazón por tener más de lo que necesito?
¿Mi pobreza espiritual?
Por eso, a manera de súplica, te pregunté que si sabes cómo armonizar la abundancia material con la pobreza en espíritu para me ilustres de una manera pragmática más que conceptual. Hago hincapié, de forma pragmáticaaaaaaaaa, please!
Se esfumo la imagen y no me digo más nada.