Pedófilo ante el espejo, aplica recomendación en Lucas 17:2

Ahora lo entiendo, esta claro, ¡clarísimo!; esto no significa que lo justifico; simplemente  no hay manera de justificarlo. ¡Bellacos!


El adulto equivocado, terriblemente equivocado:-Ándale, que se te hace tarde, ya sabes que el padre los necesita media hora antes de misa para que le ayuden.-No quiero ir, ya no me gusta hacerle de monaguillo.-No puedes decirle al padre que no; él te estima mucho y además es muy bonito verte ayudando en la misa.-No es eso, el padre, me hace… no sé, no me siento bien, manda a los otros afuera y me dice que me quede con él, solos…-¡Deja de decir tonterías, el padre es un hombre de Dios, tu eres el que tiene la mente cochina y te voy a dar de cuerazos como vuelvas a hablar de eso, ¡me oyes!
El papel de baño:-Padre, ya son varias las quejas que he recibido de usted. Voy a darle carpetazo al asunto y vamos a pretender que no pasó nada, pero ya no lo puedo tener aquí; voy a hablar para que lo acepten sin problemas en otro lado, por favor, evite contactar feligreses de aquí y por el amor de Dios, ¡compórtese!, ¿me entiende?-Sí.


La comunidad ciega:-Oye, ¿supiste que cambiaron al padre? ¿Por qué tu?-No sé, pero pobre, a empezar de nuevo en otro lugar y aquí que la gente que lo quiere mucho; lo vamos a extrañar.-A ver, qué tal el nuevo Padre, ojalá que sea como el otro.-Sí, era muy bueno con los niños.


El superior de apellido “Maquiavelo”-Señor, no me queda duda que mi labor es resguardar la imagen sagrada de nuestra Iglesia que está por encima de todos, de mí, de sus sacerdotes pecadores, de sus feligreses abusados. Satanás querrá utilizar esto para destruirla y tengo que protegerla a costa del sufrimiento de unos pocos o de muchos. Te pido por los sacerdotes para que les des fuerza y no sucumban a la tentación. Te pido para que el padre en su nuevo apostolado no vuelva a caer en tentación; te pido para que no la gente no hable. Aquí tienes a tu siervo fiel que hará lo que sea necesario para proteger a su Iglesia, ¡lo que sea!


Los peores de todos en reunión mensual:-Tenemos un problema serio con algunos sacerdotes. Pero ante todo no debe salir a la luz pública. La consigna del arzobispado y del Vaticano es: Negarlo, negarlo, negarlo. Adviértaseles a los sacerdotes que tienen que dejar este tipo de comportamiento. Eviten escándalos y muevan a los sacerdotes “problemáticos” a donde sea prudente. ¡Pero ante todo, la imagen del sacerdote y de la Iglesia tiene que prevalecer incólume!-¿Qué hacemos con las familias que están levantando polvo?.-Dinero, ofrézcanles dinero por su silencio. Todos tiene un precio.
La victima:-Impotente por saber que su denuncia es tardía y que no obtendrá la paz de ver castigado al que lo abuso. Pero sin claudicar y haciendo oír su voz para que las leyes cambien y los depredadores, sus encubridores y las instituciones a las que representan sean castigados criminalmente.
El juepta: Hola mi nombre es Fernando, soy sacerdote, aunque no ejerzo, abuse de muchas almas inocentes.


Mis superiores sabían de mis abominables acciones y realmente nunca hicieron nada para remediarlo; al contrario, parecía que premiaban mi comportamiento cada vez que me cambiaban y ponían en mis manos la confianza de una comunidad fresca.


Hay varias acusaciones en mi contra. Por mucho tiempo tuve preocupación de que se convirtieran en denuncias criminales y que me detuvieran.
Gracias a Dios han caducado y no hay coerción penal. No pueden encarcelarme.


 Aún así, todos merecen una explicación:


Soy un enano sexual porque nunca madure este aspecto de mi persona. La represión a mis impulsos fue lo que impero cuando necesite formación y dirección.


Esta falta de educación sexual fue una bomba de tiempo que estalló con un poder devastador. Y mi parafilia, es decir la desviación de mi impulso sexual fue dirigido a quien eran un blanco fácil.


No es una enfermedad mental es una patología del control de mis impulsos. Si, algo que no puedo dominar, algo así como un impulso alienado, algo más fuerte que mi propia voluntad y a la que sucumbo a menudo.


Patología compulsiva-impulsiva le dicen los psicólogos, algo muy parecido a lo que sucede a los violadores, a los jugadores o a los comedores compulsivos. Leí por ahí, que el origen a esta patología podría explicarse como una desinhibición cerebral, otras fuentes dicen que viene de oscuros circuitos neurológicos y otros problemas; yo realmente creo que su génesis es fue enanez sexual ósea, mi falta de crecimiento y desarrollo a lo que supuestamente renunciaba, al prometer vivir en castidad; comenzando desde el consejo limitadísimo de mi superior en mi adolescencia cuando comencé a tener mis primeras eyaculaciones nocturnas hasta la concepción pecaminosa de lo relacionado a la función sexual de mi anatomía.


Erróneamente entendí que vivir en castidad era SUPRIMIR los deseos de la carne. No tuve un entendimiento natural de mi sexualidad y me encontré satisfaciendo mis impulsos de una forma primitiva e infantil.


Perdí el sentido de objetividad al punto de que en mi mente no existía maldad sino una especie de caldo de cultivo enfermizo que generaba mi patología. Llegue a verme sin responsabilidades por mis actos, de hecho, llegue a considérame una víctima de mis circunstancias, ya que el haber ofrecido mi cuerpo a Dios, no significaba que entendía el funcionamiento natural de mi cuerpo por lo tanto no “sabia” como lidiar con sus “necesidades”.
Y rapidito vacuné mis remordimientos bajo el subterfugio de que eran Impulsos alienados, no me atreví a identificarlos como enfermedad mental y así la concebí después de mis primeras víctimas; lo que terminó por despojarme de la soberanía sobre mí mismo, arrancándole responsabilidad y aludiendo a una lejana conspiración neurobiológica para explicar mis actos volitivos sin consecuencias.


Pero esto no quita la intencionalidad, que es al fin y al cabo lo que me define como un ser deforme, atrofiado e indigno de toda compasión.

Mi intención fue malvada, alevosa y ciertamente ventajosa; nunca realmente se me responsabilizo por mis crímenes y mis bajezas dejaron marcadas a muchas almas con heridas de eternidad.


Las rehabilitaciones no fueron más que un lavado de conciencia y un blanqueamiento del mal. No hubo castigo. La condena es fundamental para que alguien sea consciente de su falta.


Porque la clave está precisamente ahí, para rehabilitarme es necesario que sepa de qué quiero rehabilitarme y que la rehabilitación no sea una sustitución de la condena que merezco y necesito por haber hecho algo punible.


Bien merezco el vituperio en esta vida y la cárcel.
….
Recomendación al  Juepta: No se te olvide, Fernandito,  si nada de esto pasa,  ponerte la piedra de molino y arrojarte al mar; aunque de cualquier forma te espera el averno.

Por El Manco del Cerebro

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