Revista de Artes y Ciencias El Águila: Hoy hace 26 años.

Los mejores articulistas y escritores de EL ÁGUILA están muertos, la revista publicó a los últimos y legendarios pensadores cordobeses y de las Grandes Montañas del siglo XX, fue el eslabón que engarzó la época dorada de poetas e intelectuales de la región central de Veracruz en la que un enorme grupo de creadores entró a un cuello de botella del que apenas logra contar con los dedos de las manos a la siguiente generación que está siendo invisibilizada por la idiotez que hoy se aplaude.

El Águila fue la publicación que con su espacio de imprenta y edición reunía a los que debatían sin reparos en una época en donde lo que importaba era desafiar lo establecido y criticar a los mediocres. Hoy pseudo grupitos culturales en las Grandes Montañas pretenden ser esos verdaderos héroes de las letras y las ideas pero basados en el qué dirán, el afecto -porque muchos de ellos son malqueridos desde su infancia y buscan reconocimiento y autoestima-, y en la cooptación de espacios para dominar. Pero no pueden.

El Águila fue casa de los atrevidos, las ovejas negras, los que se burlaban de los políticos y de la alta sociedad vacía que no soportaba que se burlaran de ellos a través de la sátira.

El Águila era la revista cultural y de las ciencias políticas en donde se escribía con la magnificencia de Fernando Pérez Barragán o Jorge Ferrer, donde reposaron las artes gráficas y artísticas de Rodolfo Cruz Toledano o de poemas hermosos escritor por Paz Karina Peláez o Nati Rigonni. Donde las caricaturas podían estar confeccionadas por Jaime Sánchez Nava.

Hoy hace 26 años El Águila comenzó a circular a la 1 de la mañana, caminando a esas horas, cuando la seguridad aún existía, las casas de San José recibieron los primeros ejemplares en sus puertas, ese mismo día el presidente municipal lo recibió en su oficina y envió una felicitación por el esfuerzo.

El primer número salió con defectos de diseño, eran 5 columnas con letra de 11 puntos difícil de leer pero había tanto qué decir con pasión que costaba trabajo leerlo, errores de letras en los textos que salieron así, porque en aquel tiempo y sin cuidado el diseñador omitió que se había capturado todo en una PC y él usaba Mac, todo se corrigió al siguiente número.

Su primer ocho columnas de la revista decía DECÁLOGO DEL BUEN CIUDADANO porque desde siempre la idea de ciudadanizar a la sociedad ha estado presente y por eso mismo la vieron como enemiga, los panistas, los priístas y los perredistas de la región veían aterrados la posibilidad de que la gente fuera incitada a pensar y criticar, los del PRI le crearon una página de ataque: «cuidado con las águilas que vuelan bajo» que le dio fama en Tijuana y Ciudad Juárez, de ello nos enteraríamos como tres meses después de que el sitio web estuviera atacándonos.

El gobierno local impulsó otras publicaciones para que los autores del Águila abandonaran sus colaboraciones ofreciéndoles editar revistas a modo de libro para cada escritor de la revista. La realidad los alcanzó pronto, los participantes de la Revista de Artes y Ciencias eran libres así que aceptaban estar en manos de otros editores pero siempre regresaban a donde no les decían qué escribir o qué decir.

La envidia de otros dueños de revistas independientes e incluso de periódicos fue evidente pero El Águila jamás se fue ni a buscar patrocinadores entre los que se difundían en los otros medios hasta que los propios sponsors buscaban estar en el originalmente periódico trisemanal que se convirtió en revista con una edición intermedia quincenal: El Aguilucho, destinada a fomentar la lectura entre niños y adolescentes.

Mes tras mes la calidad de El Águila mejoraba, la asistencia de sus colaboradores a encuentros regionales de escritores fueron épicas así como poder encontrar en las oficinas editoriales a Rosa Galán o Rodolfo C Toledano hablando de arte y belleza eran como un sueño de perfección de la creación.

Después arribaría Ernesto Lozano Rivera, el artista pop que se convirtió en leyenda en México. Con él la publicación se movió hacia el arte mientras las páginas de El Águila se llenaron de música, se publicaron fotos y entrevistas a las bandas legendarias de Córdoba: Trinidad, Revolver, Stratos.

De El Águila vino «Cordobónica», la fiesta de la gente para recibir al nuevo milenio. También vino el «Pandemonium» para mezclar en performance a la música, las artes plásticas y las poesías libres y heréticas que forjaron mentes en sus asistentes, se propagaron las ideas de libertad y desafío al status quo.

No ha habido desde que El Águila cerró sus puertas una publicación que la iguale, nadie en los gobiernos municipales, estatales o universidades públicas o privadas han intentado asomarse al compromiso con la cultura y las artes para generar un encuentro de creadores libres en una sola publicación.

Hoy hace 26 años y con el afán de abandonar una universidad agobiante en su control intelectual, después de haber creado mundos en la radio, salió una herramienta promotora de las libertades. Una fuerza capaz de poner al gobierno y al establishment en aprietos y fue tanto su poder con sus escasos millares de ejemplares que tuvo que ser perseguida y boicoteada para que dejara de funcionar.

Hoy, después de 26 años, el espíritu de volar entre las cumbres y mantener las banderas de la libertad permanece en este sitio web.

No es posible comprender a EL HIJO DEL RAYO sin conocer y leer EL ÁGUILA y esperamos que pronto todos esos artículos aún vigentes vuelvan a abrir sus alas para combatir a la nueva Inquisición woke y de la Agenda 2030.

Nuestra enemiga ha sido siempre la mismo: la ignorancia.

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