Ser gestor cultural y no morir en el intento.
Gracias a los mediocres por brindarme una reflexión que ahora comparto en mi muro:
Los complejos de inferioridad reflejan la mediocridad de los individuos que carentes de cualquier acción de valía se dedican a ofender al que admiran. Envidia le llaman y en este sexenio se muestra como nunca, los resentidos que jamás harán algo por los demás solo arrojan pintura al aire queriendo manchar al viento… pero la pintura, la ofensa, siempre cae al piso. A lo largo de más de tres décadas siempre he apostado por el que quiere mejorar a su comunidad, por los timoratos y deficientes intelectuales nunca ha valido la pena, son no lectores que solo se arrastran por la vida esparciendo veneno.
Los gestores buscamos que la sociedad estandarice para arriba, los mediocres son simples gallinas que se asustan por todo. De hecho son tan pero tan mediocres que no han podido ni seguir leyendo ni entender lo que escribo. Tantas cosas hechas en tantas áreas son a estas alturas hechos que sembraron, y siembran, semillas en las mentes de niños, adolescentes y adultos que desean un mundo mejor, donde nos entendamos y generemos democracias donde todos quepamos, republicas donde la justicia viva.
Ser gestor cultural además te coloca en la posición evolucionada del oficio -hoy carrera profesional- donde te conviertes en gestor social capaz de intervenir a través de la cultura en el desarrollo del derecho a la economía y en el combate a las nomenklaturas de gobierno e IP donde los sueños no existen y donde la misión de servicio es liquidada por personas que carentes de espíritu solo aspiran a acomodarse por un sueldo que los hace obedientes de superestructuras donde no valen nada. Ser gestor es una de las aventuras de trabajo más bonitas que hay, conoces a mucha gente, algunos muy valiosos, y siempre he creído que independientemente de estudiar otras cosas y hacer otras cosas la nobleza de la gestoría al servicio de los demás te conecta con el propósito de la gran estructura que mueve a las estrellas, un gestor es apenas un micro pedacito que apenas si aceita pernos, rondanas, bisagras de ese gran aparato que es el cosmos. Pero su acción tiene sentido cuando se adhiere y suma al flujo de la fuerza de la vida. Una vida que sin servir a los demás no tiene sentido. Sí, ser gestor chingón desata envidias, te bloquean, te atacan, es normal, los mediocres se aterran del proactivo. Del positivo. Del que sueña.
Si eres gestor te aviso que recorrerás la vida con estrés y las satisfacciones que tengas deberás guardártelas muy dentro de ti, de hecho lo más importante que logres no podrás compartírselo a nadie pero cuando llegue el momento en que todo se haga oscuro y la luz te colme podrás sonreír sabiendo que entregas cuentas a ti mismo y dirás Misión Cumplida. Recuerda: si no eres parte de la respuesta, eres parte del problema y que el sentido de todo es: Vivir para servir, servir hasta morir.
Los funcionarios públicos no cumplen con la misión de servir a los demás porque ellos están contratados para hacerlo, no lo hacen desde el corazón, lo hacen desde el poder. Un día espero poder ver un gestor ejerciendo el poder. Quizás ese día la esperanza nos vuelva a todos.