Sumeria, su legado a punto de ser destruido.
Actualmente se busca eliminar todo aquello que nos permita la educación y la cultura a profundidad, se busca eliminar lo que nos constituyó como civilización ya que es Occidente quien expandió nuestro mundo a todo el planeta.
Los militantes de la dictadura de la mediocridad, agazapados en sus pronombres multigénero opacan lo importante, tratan de confundir a todos para que no veamos el origen de nuestra civilización, se busca a como de lugar destruir el inicio de todo lo que conocemos como sociedad y ciudadanía.
Cuando nació la primera ciudad nació el ciudadano, no el evolucionado ateniense o romano pero sí el que tenía que convivir con otros en un mismo espacio y tiempo debiendo fijar límites y maneras de coexistir. Uruk, la urbe origen, es parte de Sumeria, donde nació la escritura, el comercio, el sistema educativo, la herencia, las relaciones públicas, la mercadotecnia y la propaganda, la cultura.
Sumeria es un problema para los pueblos que se creen elegidos por dios para dominar al mundo ya que en esa civilización antigua nacieron los primeros textos en los cuales se basaron las nuevas religiones para existir, es decir, plagiaron las tablillas sumerias y crearon nuevas para ser los héroes, los seres divinos, los santos. Pero nada de eso es real ni ha existido, todo se debe a ese pueblo entre el Tigris y el Éufrates que hace unos 7 mil años ya creaban escalas sociales, guerras comerciales, etc.
Hoy, los pueblos dueños de los sistemas financieros mundiales que no soportan la existencia de mundos anteriores a los de su religión atacan constantemente a Sumer. La invasión de los 90s a Irak nos da cuenta de cómo fueron saqueados los museos de historia de aquella nación desapareciendo tablillas, ídolos, objetos, para incluso en algunos lugares ser destruidos. De hecho la guerra de Afganistán nos muestra como uno de los objetivos ha sido destruir el legado de las culturas anteriores para que de pronto los cuentos de la Torá tengan el único valor existencial para sostener las construcciones de pensamiento mágico egipcios y franceses donde los gnósticos de esas sectas y sociedades secretas saben los secretos de la verdad y origen del mundo.
Desde hace casi 30 años el libro «La Historia empieza en Sumer» de Samuel Kramer fue mi acompañante cuando comenzaba a dar clases a universitarios, las materias de géneros periodísticos, redacción, literatura, problemas socio económicos y políticos o historia de la educación; con él comenzaba el viaje de mis alumnos en la historia de la escritura y la construcción de la civilización que comenzaron a entender mejor cómo es que funciona nuestro sistema educativo, comercial y de cultura.
Actualmente cada vez más espacios se abren para hablar de Sumeria, desde los académicos de la literatura y la historia hasta los de pseudo ciencia que dan por hecho que los dioses sumerios eran aliens. En fin, lo importante es que al conocer a los sumerios la gente se da cuenta que este mundo no ha cambiado tanto como creemos y que es la llegada del Gran Reseteo la que sí plantea acabar con el legado de aquel pueblo.
Estamos frente al final de la era del conocimiento humano para la imposición de una visión del mundo de los dueños del sistema financiero que buscarán a toda costa hacer de las masas gente ignorante a la cual se le pueda sembrar una historia a modo para adorar a los dueños y adoradores del dinero.
¿Sumeria se salvará de la inmundicia del algoritmo controlado? No lo sabemos, más ahora cuando la escritura es algo que se ataca cada vez más mientras se daña al lenguaje y a la comunicación fragmentando ideas, haciendo clanes ideológicos, odiadores de la razón y asesinos de la verdad.
Por lo pronto no queda más que seguir hablando de que el mundo antes de las leyendas de Cristo, Moisés, Abraham, Mahoma… ya era el mundo.