Un futuro impuesto

No hay manera de entender los acontecimientos de los últimos tres años más que generando una dimensión como aparte, como ajena a nosotros, un espacio en donde todas las ideas de mejorar al hombre se han ido al carajo y se ha permitido que un grupo de visionarios inhumanos construyeran un futuro sin nosotros, una posibilidad de avanzar dejando a un puñado de privilegiados al natural, a lo orgánico y dirigiendo al resto como esclavos cyborgs.

Estamos en medio de las últimas generaciones de personas que serán sustituidas por obedientes perros de burocracias intervenidos tecnológicamente en el mundo, pero ¿Cómo llegamos a esto? Simple, se permitió, permite y seguirá permitiendo que los mejores hombres y mujeres sean sistemáticamente excluidos con tal de sentir cierto tipo de seguridad en un mundo prefabricado de caos.

A la gente en general no le preguntarán si están dispuestos a evolucionar con intervenciones tecnológicas, la élite pondrá de moda cambios y transformaciones que «te ayudarán a ser más eficiente, mejor» y en las mentes vacías y estupidizadas por redes y medios será «in» ser parte de esta nueva ola anti humana. Obviamente hay que decir adiós a las democracias genuinas y a la república como la hemos conocido, será muy fácil manipular mentes intervenidas con tecnología directa o indirecta -los algoritmos. que moverán la percepción de la realidad a los intereses de trasnacionales y sus muppets en los poderes de gobiernos nacionales y trasnacionales.

Hemos llegado a las puertas del infierno y aún con el calor matándonos millones prefieren sacar un aceite para tostarse que detener esta locura.

El mundo que conocimos ha llegado a su fin, solo la élite disfrutará de los lugares naturales y de los alimentos más sanos. El resto o se vuelve contra el poder o sencillamente será aplacado cordero obediente que aplaude el «portarse bien».