25 años de EL ÁGUILA.
Del texto original publicado en 2015 hago una serie de correcciones de cronología.
Un 23 de junio de 1997 a la 1 de la mañana salí de la imprenta de la familia Suriano en San José, Córdoba. Veracruz.
Llevaba bajo el brazo 1000 ejemplares de El Águila, opinión trascendente, publicación cultural que que edité durante 7 años y que esa madrugada comencé a repartir en las casas, no cabía de emoción y ya quería que comenzará a leerse mi trabajo.
Con El Águila vinieron El Aguilucho y El Pichón Azul. Suplementos para jóvenes y suscriptores con textos especiales e imágenes que no aparecían en la edición quincenal de la revista para todo público.
En 1997 me convertí en editor y gracias a ello aprendí diseño gráfico, administración, impresión de offset y serigrafía y organicé un sin fin de actividades culturales con un presupuesto ridículo que generaba a través de los anunciantes de la revista que pagaban poco, Córdoba siempre ha estado jodida en economía y mentalidad, así que los pocos patrocinadores para mi eran dioses porque se atrevían a apostar por mi equipo, mi trabajo y mi mente.
El primer sujeto que visité para que me patrocinara con 400 pesos de un anuncio fue a un empresario que teniendo mucho dinero y conociéndome desde niño me sacó con balde de agua helada diciendo que en Córdoba nadie leía de cultura, actualmente su mujer pinta al óleo, quizás su mujer hoy tiene idea de lo que es el arte, en aquel entonces lo dudo.
El primer patrocinador fue el refresco Jarochito vía un señor de apellido Beverido que tuvo a bien comprar un anuncio. Poco a poco y con el tiempo la publicación prosperó y de no tener nada para trabajar acabé con equipo de cómputo, instalaciones, empleados, máquina de offset y equipo serigráfico así como con un rotulador, pasé de editor a impresor y publicista sin darme cuenta.
En 1998 el primer enemigo surgió: el PRI. Ese partido no estaba conforme con la revista ya que publicábamos artículos de panistas, perredistas y en favor de la democracia. Aquel era el tiempo en que por primera vez tuvimos un Congreso plural, libre y demócrata, jamás lo hemos vuelto a vivir.
El PRI subió a la Red, poco popular, una página llamada «Cuidado con las águilas que vuelan bajo» pero en lugar de dañarme me hizo famoso y comenzaron a pedir la revista de lugares tan lejanos como Tijuana.
Poco tiempo apareció el otro enemigo: los conservadores. Ellos comenzaron a atacar a la revista debido a la columna FASHION PLACE desenmascarando a la sociedad hipócrita y mamona que se cree dueña de Córdoba.
Cuando la protesta vía cartas escritas a mano, no éramos digitales, posicionaba a FASHION PLACE como lo más leído vino un acontecimiento, la visita de Justo Mullor, nuncio apostólico, representante del Papa, a Córdoba, a ese evento solo yo tuve acceso a los encuentros privados debido a que la curia me solicitó organizar la misa papal del jueves de Corpus, en esa actividad pude ser testigo de como se entregaron las llaves de la ciudad a Justo y escuché lo que mediante FASHION PLACE publiqué describiendo como una funcionaria pública aprovechó sus influencias para introducirse a un acto que era solo del cabildo: presidente municipal y regidores, curia y yo.
La funcionaria panista estalló en cólera al ser exhibida como colada y entonces desató la guerra contra EL ÁGUILA, dijo que mentíamos, dijo que tenía boletos de acceso y eso era mentira, ¿adivinen quién imprimió los boletos? yo, en mi casa.
El asunto es que tuve que ver al presidente municipal, un mediocre estúpido -otro más de los que ha padecido Córdoba- y le pedí que calmara a su funcionaria ya que yo tenía pruebas y era el testigo directo del hecho. Hoy que que pienso en eso me pregunto ¿por qué a esta mujer le dolió tanto la publicación? lo entiendo ahora, su autoestima estaba por los suelos y su ego reclamaba reino, pobre, hoy ni quien la pele.
Esta mujer panista hizo la guerra con el poder desde el palacio municipal y me lancé a la defensa pero poco a poco fue convenciendo a patrocinadores para que dejaran de anunciarse, no es novedad que la prensa libre sea atacada por derechas o izquierdas como hoy lo vivimos en México.
En 2003 con batallas rudas y expresiones fuertes en calle protestando por la política contra El Águila.
Una mañana de domingo, a eso de las 7 am, y estando en casa de mi amigo Ernesto Lozano recibí la llamada de alguien muy cercano al Palacio que me decía que la funcionaria por fin había presentado la renuncia… a las pocas semanas sin dinero El Águila dejó de volar. La batalla por la libertad de expresión terminó en safe sin que un solo periodista diera a conocer los atropellos, abusos y represión sutil que viví con mi equipo.
Nadie me apoyó en esa aventura que confrontó a un grupo de personas al aparato político local, en el camino recibí amenazas de muerte de parte del gobernador, los regaños violentos de Rodolfo de Gasperín y una tal Fanjul que estando en Palacio boicotearon mis actividades destacándose el festival de fin de siglo Cordobónica que recibió a miles de personas para ver a nuestras estrellas cordobesas como Revolver o Trinidad en el escenario diciendo adiós a un mundo lleno de mediocridad y mierda que aún patalea.
Hoy me da risa cuando la gente se indigna porque sacaron a Gutiérrez Vivó del aire o a la Aristegui, yo viví eso y de manera peor pero como estaba en una ciudad chiquita lejos de la Ciudad de México no había historia que contar más que mis letras en este website o como lo hice en 2015 en facebook y que sigue estando en rebeldía contra los mediocres, los conservadores, los panistas, los priístas o a los neopriístas y todos aquellos que cercenen a los jóvenes y a las ideas de vanguardia, democracia y progresismo.
Hoy varias de las águilas que escribieron en mis páginas se han ido: Jorge Ferrer (cuentista), Rosa María Galán Callejas (poeta y cronista), Aquileo Rosas (cronista y narrador), Diana Barragán (asesora jurídica), Rodolfo Cruz Toledano (pintor), Ernesto Lozano (pintor) y desde aquí humildemente les brindo homenaje por haber creído en mi, en las posibilidades de un mundo distinto, en el poder de la cultura y en el amor a la libertad y a la tierra.
Es 23 de junio, feliz aniversario a El Águila.
25 años de El Águila.
En 1997 dejé de trabajar en una estación de radio y me contrataron en una universidad en donde llegué a ser coordinador del área de humanidades, parece que mi llegada desató el temor de que querría ser subdirector del plantel pero en realidad lo que yo quería era proponer, crear, hacer. Bajo el comando de otros a veces eso es imposible y máximo cuando están enfocados al chisme o lo absurdo, así que comencé a confeccionar la idea de crear un medio de comunicación. Cuando estudié en la carrera de comunicación en el Tec tuve una maestra que dijo una frase que me llegó hasta el corazón: «Más vale ser cabeza de ratón que cola de león» y si amo la los medios ¿por qué no crear algo por mi mismo?
No tenía computadora, en aquel tiempo la tecnología estaba llegando, pasábamos de un mundo sin conexión a la nueva era digital y de la Net. Al finalizar mi jornada laboral en la universidad entraba a la sala de cómputo en donde el responsable me dejaba usar una máquina en donde fui escribiendo los artículos de la publicación a la que bauticé EL ÁGUILA, día a día usaba el teclado a máxima velocidad porque solo podía usar la compu una hora máximo, salía de inmediato con mi diskette a la imprenta de los Suriano, lo entregaba y hablaba un poco de cómo sería el periódico. Originalmente eso fue, un periódico, no un diario.
Los Suriano me tuvieron paciencia, llevé la información a cachos, decidí el tamaño que era doble oficio, algunos días me citaron a ir por las noches a hablar con el diseñador de nombre Lino, se armó la publicación pero acabó siendo tanto el material que la tipografía se imprimió en 10 puntos, súper chiquita, fueron 8 páginas o dos pliegos. Hubo un problema que no vi, yo trabaja en PC y ellos con Mac así que cuando salió El Águila muchas palabras resultaron incomprensibles. No sucedería en el siguiente número.
De aquel primer número a la actualidad ha pasado un cuarto de siglo y mucho de lo que se publicó como iniciativa de cambio ha sucedido, quedan muchos pendientes aún pero lo más increíble es que revisando el material de todos los números editados encuentro que hacia el año 2000 El Águila si puede convivir con el mundo actual y permanecer en vanguardia, máximo ahora cuando se quiere acallar al que piensa, al que disiente, al que cuestiona.
Es importante resaltar que El Águila fue más que una publicación independiente porque su manera de promoverse e intervenir en la ciudad fue generando actividades de las bellas artes a través de exposiciones, festivales, foros, encuentros literarios. El periódico que finalmente se adaptó a revista difundía a escritores, artistas plásticos, fotógrafos o incluso a universitarios que enviaron sus investigaciones botánicas para que fueran leídas por quien se interesara.
El Águila realizó tres homenajes que nadie había hecho a personas sobresalientes, en 1997 a Rubén Calatayud -terraza del Hotel Mansur-, 1998 a Rodolfo Cruz Toledano -gimnasio municipal de Fortín-, 1999 a Rosa María Galán Callejas -terraza del hotel Mansur-. ciudadanos que han sido pilares de nuestra sociedad y que además batallaron contra los ignorantes, los envidiosos, los gobiernos deformes y déspotas, los juniors hijos de mamá, sujetos que además nos han dado identidad a los que hemos nacido entre las Grandes Montañas. Fueron persistentes y generaron un liderazgo que les hizo tocar al Sol.
Del legado de esos personajes me preocupa que no estén aún con letras doradas en nuestro Palacio Municipal, deberían, primero porque hicieron cosas que los demás no, llenaron de poesía a la vida de nuestra sociedad, de reflexiones y sobre todo de una gama enorme de posibilidades de soñar con otras realidades, Rubén fue un extraordinario relator de nuestras historias de la vida cotidiana que en algunos casos fueron hechos trascendentales para el nacimiento de México, Rosa hizo que la poesía tuviera sentido porque fue más grande que Cuesta en su entrega a la gente, nos confrontó con la realidad en letras impresas y con palabras poderosas al hablar, Rodolfo pintó la belleza como nunca nadie lo ha hecho, desde su muerte no ha habido quien domine tantas técnicas y construya poemas de colores en lienzos, muros o estrellas.
Del Águila hay demasiadas anécdotas, gente que dio vida a un movimiento y que aún no lo hemos vuelto a ver ¿será necesario que El Águila vuele de nuevo? por lo pronto a 25 años del inicio de una de las aventuras más maravillosas de la comunicación veracruzana hay que reconocer que de ese humilde y austero medio de comunicación le son hijos Cordobónica Fest, Cordópolis suplemento, Pichón Azul suplemento, El Aguilucho suplemento, Intracultura Fest, Posmópolis Bienal Internacional de Arte Posmoderno, Córdoba International Jazz Fest, Intracultura, Mass Letras, Pandemonium, columna de Milenio: Los Posmodernos, Condesa Town, Roma Town, Córdoba la capital dela esperanza y por supuesto EL HIJO DEL RAYO.
A un cuarto de siglo de que comenzara con ilusión el ser cabeza de ratón y no cola de león veo que hay mucho por hacer, para iniciar se debe retomar el esfuerzo por liberar a la sociedad de tanto pensamiento conservador, ignorancia y chabacanería que permitieron los falsos liderazgos políticos y empresariales sumir a Córdoba a una realidad que solo se vivió en los años 80.
A 25 años de que se rompió el cascarón y comenzó una lucha contra el pensamiento único es hora de abrir las alas y emprender el vuelo otra vez.