Entre ignorantes otra vez la nación se mueve.
Desde hace semanas, meses, se ha radicalizado la más peligrosa de las entidades de la humanidad en México: la ignorancia.
La catástrofe mexicana que se vive por la enorme cantidad de personas cerradas en su mente, viscerales y desinformadas se debe a factores culturales, religiosos y mediáticos impulsados por el dinero que en la actual 4T continúan sin reparo alguno en la que existe un presidente que dice que él es el dueño de la verdad. Pero los intereses económicos que están no sólo en la decisión macroeconómica del rumbo nacional, sino en los que poseen capital relevante en todas las comunidades y ciudades.
La única diferencia con el pasado es que ahora la manipulación es de estilo Goebbeliana y mezcla estrategias fascistas y stalinistas radicales en donde al que cuestione se le llama traidor o infiltrado.
Persona, viene del personae, máscara. Las personas del dinero que mezclan ello con una falsa y manipulada fe religiosa quieren vender a su contexto (empleados, clientes, proveedores, amigos y parientes) una idea de que no saben qué pasa pero que debemos evitar la confrontación y la violencia que nada bueno traen. Dando discursos a medias y manipulados desde las entrañas.
Los buenos que, según ellos, buscan un México estable, acusan a todo aquel que no piense como ellos de ser agresivos, violentos, esquizofrénicos, revoltosos y le agregan conceptos de segregación como ardidos, buscahuesos, traidores (esta palabra les gusta mucho). Práctica común desde siempre en los conflictos socio políticos que tuvo gran impulso en la segunda guerra mundial cuando la contra propaganda de los aliados definía a Hitler como loco, drogadicto, homosexual, mesiánico. Argumentos que Bush usó en la invasión a Irak contra Hussein, por cierto. Todos esos discursos tienen gran aceptación en las mentes débiles llenas de morbo y que se refugian en el confort del mínimo esfuerzo intelectual.
Actualmente vemos como al que cuestiona la pandemia se le llama negacionista -por cierto, los negacionistas extrañamente no se alinean a las medidas restrictivas y no se enferman-; al que apoya la democratización de Cuba le llaman «agente del imperialismo yanqui» y todo lo que se diga contra la dictadura en la isla que asesina y encarcela cuestionadores es de inmediato catalogado de manipulado por los gringos… es decir, se proyectan porque es evidente que el gobierno de Cuba lanza contra propaganda para manipular también, por cierto, el persuadir a la gente a favor del castrismo floreció en México 1968 porque para combatir a la dictadura del PRI la alternativa eran mensajes del Che o Fidel Castro. Con los años la revolución solo ha generado un estado feudal y su fama de justa y humanista han valido madre, sin embargo los que necesitan ser conservadores en sus ideas de juventud siguen masticando el mismo discurso aunque el mundo haya cambiado. De igual manera los jóvenes universitarios que al tener maestros «socialistas» o «castristas» son simple terreno fértil para sembrar ideas que ya están muertas.
Actualmente queda claro que el morbo, el chisme, el rumor, provienen de aquellos que no poseen plenitud en sus vidas íntimas; aquel que se preocupa por la sexualidad del vecino es porque no tiene absolutamente ninguna satisfacción en su propia sexualidad y ve qué hace o deja de hacer el otro para que su frustración se minimice u olvide. Ese autoengaño precisamente detona en el ignorante. Es más fácil creerse bueno y santo y juntarse con otros fantasiosos que asumir y aceptar al mundo como es: lleno de fallas, virtudes y tragedias. México posee masas ignorantes que elevan los raitings de las televisoras con programas como La Rosa de Guadalupe o Ventaneando, pasa igual con los pseudo programas como El Chamuco en el canal 11, son entretenimiento para reforzar el status quo. La falsa salida de ver en los demás su vida para evitar aceptar mi propia tragedia de vida es un buen negocio para los grandes capitales que saben que en el momento en que hay que usar a los telespectadores para convertirlos en votantes y sueñen en ser ciudadanos vayan al redil que más les convenga. Hay de derecha, izquierda, conservadores o liberales, pero todos entretienen para idiotizar por ello la supuesta pandemia creció como la espuma porque todos los programas cerraron filas en la implantación de miedo masivo.
En redes sociales los algoritmos hacen creer a la gente que están en lo correcto para mantener al mercado comprando y regalando sus datos privados a aplicaciones idiotas o estúpidas.
Un pejezombie o un covidiota ( http://www.elhijodelrayo.com/covidiota/ ) siente que está del lado de la manada y eso lo hace sentirse seguro, mientras esté en la moda se cree el chingón. Los mismo me imagino que sentirían los inquisidores y la bola de creyentes en tonterías al combatir a Galileo.
Aunado a ello el sistema mexicano entreguista promueve la pésima calidad educativa y el veto y censura a la ciencia y los avances reflexivos. La gente cada vez lee menos y consume más tele o aplicaciones de redes como Facebook o Tik Tok que dinfunden pendejadas a diestra y siniestra para un público mayoritariamente ignorante lleno de analfabetos funcionales. El nuevo altar está echado a andar. La traición al valor republicano de educar laicamente y gratuitamente para que la gente no sea borrega del dogma se comienza a imponer otra vez, para colmo y en México usando incluso la figura del propio Benito Juárez mientras se usan imágenes del «Detente» o se manipula al cristianismo para quedar bien con los burros que aman creer en amigos imaginarios para echarles la culpa de sus patéticas existencias.
El sistema televisivo/social media-Estado también ha comenzado a construir el escenario de los neofeudales: quemar en la hoguera a los que piensan distinto. Promueven la intolerancia y justifican las medidas de represión contra el que se atreve a expresar su oposición. El hecho ha llegado a tal grado que ya hay gente que se comporta como nazi o inquisidor: rechaza leer periódicos, libros, acudir a conferencias, leer volantes o folletos que cuestionan el orden fascistoide imperante. La tele y las social media lo han comenzado a lograr. La intolerancia y el odio se vive en nuestras calles y lo avalan organizaciones ultraderechistas que se visten de patriotas y defensoras de la nación como coparmex o el consejo coordinador empresarial o partidos como morena en donde la secta denominada nomenklatura busca imponer el stalinismo.
Por cierto, las uniones de empresarios nada exitosos en el concepto genuino de empresario y que sólo desean México para sí porque en el extranjero las leyes del resto de los países les impiden hacer sus marrullerías; las hemos visto como prefirieron vender sus empresas o fusionarse con los extranjeros en lugar de competir y así vemos como a partidos como morena les ha salido más barato reclutar priístas, panistas o perredistas que formar cuadros con vocación democrática. En realidad a las poderosas organizaciones pseudo empresariales o a los morenos la democracia no les gusta porque al ser déspotas no gustan de ser cuestionados.
Las mentiras llenan los ojos y oídos de las masas ignorantes transformándolas en sucias verdades. Para colmo la comunicación alternativa tiene serias dificultades para darse y popularizarse: el 80% de las comunidades indígenas del país no posee luz, con ello no hay internet y se evidencia que jamás tendrían manera de hacerle llegar a la nación sus necesidades, violaciones de derechos e ideas; entre ellos mismos las mayorías no saben leer y escribir, con ello se cierra la posibilidad de elaborar revistas, periódicos murales, carteles. ¿Qué le queda a las comunidades? el rescate de la oralidad efectiva, las juntas y asambleas, el uso de perifoneo o la audacia de llamados a reuniones urgentes a través de cohetones que alertan a la comunidad a su defensa.
La efectividad de la promoción de la ignorancia llega a tal nivel que tan sólo en este espacio podríamos confirmar que quienes leen este tipo de artículos en esta página web son menos a los que leen las secciones de deportes, entretenimiento o sociales o chismes grilleros de quinto patio.
El debate nacional no se efectúa con pelotas de fútbol ni en la fiesta de un niño nice o en la casa de Thalía o entre un mar de selfies o porras de equipos deportivos con camisetas de partidos políticos o playeras con fotos del caudillo.
La cerrazón ofende, la ignorancia ofende, la mentira ofende. La intolerancia es el verdadero peligro para México. Esa que hace que algunas de las señoras de camionetotas vean las manifestaciones como «agresiones» y actos «ilegales» que nos desean llevar a la «guerra», porque si hablan de paz necesaria es porque hay un estado de guerra (sic), por cierto, muchos nuevos funcionarios de la 4T también ya usan camionetotas y desde ellas critican al que ahora exige medicinas o buena economía. Son lo mismo… pero más culero.
Manuel García Estrada, el hijo del rayo.