Gobernar destruyendo la educación.

El gobierno de López Obrador está desmantelando el sistema educativo coordinadamente con la destrucción de arte, cultura y ciencia no solo porque les quitó presupuestos como nunca antes sino porque su plan está ideologizado para regresar a un régimen como el del PRI: de 70 años.

AMLO quiere un gobierno como el del PRIato para que una élite, sus cuates y familiares, se repartan la gran empresa que es el gobierno de México adueñándose de la riqueza traicionando a la gente, a la patria, y quedando bien con los socios comerciales de Estados Unidos y el mundo, con la banca internacional y las organizaciones que se vienen adueñando de los destinos de la población.

Hacen de las cámaras de diputados lugares de circo y bazofia con aderezos de arrogancia y cascajo social para justificar una falsa democracia en donde iletrados, putas, como María Clemente, y borregos se encargan de llenar los noticieros con discursos para los que se caracterizan de médicos, llevan canastas de huevos, se pelean como pelados de barrio como el diputado Changoleón, eso hace ruido y entretiene a la gente que provoca que se vayan desencantando de la genuina vida democrática de un país.

Con sujetos dignos de circo de arrabal el presidente opera para estupidizar a la gente, todos los días tiene cantaletas que tratan de modificar el pensamiento de las personas, su trabajo es destruir la capacidad de consciencia de los ciudadanos para que estén entretenidos con tonterías que él dice mientras adereza sus discursos con odio al estilo de Hitler o Stalin, no busca elevar el nivel de debate, de hecho lo detesta, prefiere la confusión de opiniones porque esas no necesitan sustento ni pruebas, el debate sí porque requiere de argumentos y estos deben basarse en conocimiento.

La ciudadanía se basa en el conocimiento para Ser, ella vive bien en una República, esto también lo odia AMLO porque se requiere que haya un sistema educativo que combata toda clase de dogma, sea dios o ideología, porque las facciones no generan estabilidad ni paz sino todo lo contrario porque son grupos que a manera de pandillas buscan quedarse con el poder.

La República detiene a las facciones pero requiere de pluralidad, ésta solo se entiende entre gente que tiene la capacidad de comprender que hay personas con ideas distintas y con derecho de asociarse en iglesias o en ONGs, fundaciones o asociaciones, clubes o sindicatos pero que todos, bajo el cobijo de la república respetan las leyes que emanan de ella.

Una persona, un ciudadano, entiende que hay una ley para respetar que nos limita pero que nos libera a la vez, los ignorantes cualquier tipo de autoridad la rechazan porque no entienden que la paz se sostiene de esos pactos civiles en donde todos podemos convivir en nuestra diferencia en la misma nación. De hecho el ignorante es incapaz de comprender lo escrito en estos párrafos porque le aburren, hay muchas palabras, dicen, prefieren escuchar música de banda y empedarse que darse a la reflexión, es decir AMLO va bien con su plan de pauperizar a la población intelectualmente.

Una sociedad ignorante que tiene por emoción que llegue el viernes para liberarse del yugo del explotador emborrachándose mientras ve fútbol es el mejor de los votantes ya que las personas renunciaron a ser ciudadanos comportándose como manada de simios que con plátanos se les tiene contentos y aplauden a quien les lanza los bananos.

Destruir a la educación es desmantelar a la República. Todo era así en el PRIato, todo se manejaba por una casta y la sociedad tardó décadas en liberarse de ello porque poco a poco tuvieron que despertar hasta el día que la pobreza y la injusticia se hicieron el pan de cada día.

¿Queremos que México otra vez pase por 70 años de oscurantismo? Yo no.

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