Palabras sobre la inexistencia de dios
Aún me sigue pareciendo aberrante que haya quienes se nieguen a negar la existencia de dios, aún porque fui como ellos y no logro comprender el porqué se mantienen como hijos del miedo y de todo aquello que les hace ser sometidos y agachones. Pareciera que la adolescencia intelectual nunca les ha llegado y el quedarse en lo acomodaticio del creer en un estúpido dogma les hace ser felices.
¿Son felices los creyentes? ¿Los creyentes interpretan la felicidad como aceptación de un esquema de ideas ridículas? Parece que sí o al menos podríamos interpretarlos como un sí pero cuando se les ve la impotencia de ser ellos mismos la contradicción se impone ¿alguien feliz es alguien libre? ¿Conoce de verdad la felicidad o cree vivirla en la esclavitud? La respuesta nos la puede dar «la rebelión de los esclavos» cuando dice que el libre lo es en su mente pero ¿si esa mente está sometida a dios y es un simple sujeto siervo es o no libre y ello brinda o no la genuina felicidad?
El libre podría no ser feliz pero su consciencia le propicia la comprensión del mundo y la aceptación de las leyes de la naturaleza aunque le causen dolor y puede luchar con sus propias herramientas para construir la felicidad.
El creyente es un simple ser obediente, un esclavo, un mediocre sujeto que se niega a evolucionar y se niega a ser un homo sapiens de verdad prefiriendo ser un pitecantropus asustado frente a la naturaleza con sus rayos y centellas.
Yo no creo en la existencia de dios, no hay tal tipo escondido entre las nubes ni tal sujeto omnipresente y misterioso. No lo hay. Si existiera dios sería simplemente un culero sociópata genocida, morboso, ojete y cruel tipo que no busca el amor sino el desastre, el caos y el sufrimiento de millones de humanos, animales, plantas y minerales, enemigo del equilibrio y la armonía.
Que bueno que dios no existe, sería terrible para todos que ese ser imaginario fuera real porque condenaría al humano a ser peor de destructivo. Basta con ver las órdenes del tal dios judeo cristiano musulmán que exige holocaustos para estar de buenas.
Manuel García Estrada